El exjefe de seguridad del Palau niega que coaccionase al asesor de Ciscar
El agente declara como imputado por interrogar al jefe de prensa en busca del topo
El que fuera jefe de seguridad del Palau de la Generalitat Rafael Piqueras ha negado hoy ante el juez haber coaccionado o imputado delitos a Juan Botella, asesor de prensa del vicepresidente del Consell, José Ciscar, en el interrogatorio al que le sometió en la comisaría el pasado mes de julio durante la búsqueda del autor de filtraciones de información de Presidencia. El incidente tuvo lugar después de que Presidencia realizase una investigación interna para cazar al topo y después de que la Fiscalia archivase la denuncia presentada por la Generalitat tras filtrarse una nómina del presidente y varios contratos y facturas.
Piqueras ha acudido este martes a la Ciudad de la Justicia de Valencia para declarar, como imputado, en una causa abierta en el juzgado de Instrucción número 18 por un posible delito contra la integridad moral o, subsidiariamente, de coacciones, en el interrogatorio que efectuó al asesor de Ciscar en la búsqueda del topo.
Piqueras ha comenzado su declaración a las 11 horas y ha comparecido ante el juez durante aproximadamente una hora, en la que ha respondido a todas las preguntas menos las efectuadas por parte de la acusación particular. La declaración se ha centrado en el contenido del interrogatorio al que sometió al asesor y no se ha indagado sobre si el exjefe de seguridad recibió algún tipo de orden para actuar como lo hizo.
Sobre este extremo, el consejero de Gobernación y Justicia, Luis Santamaría, siempre ha mantenido que el exjefe de seguridad actuó por su cuenta en el ejercicio de lo que entendía como sus funciones en materia de seguridad.
El imputado ha mantenido ante el juez que no se extralimitó ni se mostró agresivo en el interrogatorio que hizo al asesor de Ciscar el pasado 22 de julio y ha subrayado que solo le pidió colaboración, según ha podido saber Europa Press. En esta línea, ha negado haber coaccionado o haber imputado ningún delito ni ninguna acusación al interrogado.
El juzgado abrió diligencias de investigación sobre este asunto el pasado mes de diciembre tras una denuncia presentada por Fiscalía por posible delito contra la integridad moral o, subsidiariamente, de coacciones, en la búsqueda del 'topo'.
El ministerio público, tras tomar declaración al asesor de Ciscar, y después de estudiar la documentación que obraba en la causa, decidió denunciar los hechos. Tal y como recogía el fiscal en su escrito, Piqueras pidió colaboración al asesor de Ciscar y le indicó textualmente: "Si no, no sales hoy de aquí".
En su denuncia, el ministerio fiscal señalaba que durante el interrogatorio que se produjo en la comisaría de Pont de Fusta, sede de la Policía Autonómica, el imputado le indicó al asesor del vicepresidente del Consell algunas afirmaciones como "la gente se ablanda en un calabozo" o que iba a hacer de "poli malo".
Así mismo, el fiscal indicaba que Piqueras le dijo al asesor que se trataba de "un delito menor, pero un delito", bien cometido por él o del que tenía conocimiento, y le concretó que se le acusaba de revelación de secretos, ya que un testigo le había identificado entregando información al presidente de la Asociación Valenciana contra la Corrupción en un garaje o aparcamiento, algo que el asesor de Ciscar negó.
El mando de la Policía Autonómica, según el fiscal, también le indicó que todos los indicios apuntaban a él y le agregó que "también Bárcenas o Gowex decían que eran inocentes". Además, le señaló, de acuerdo con la denuncia del fiscal, que si con su ayuda encontraba al culpable, se olvidaría de "dar curso a un juez en un atestado de las evidencias" que había en su trabajo. "No perderías tu trabajo. Porque, ten claro que, con una sola llamada te quedas sin trabajo", le espetó.
Según el fiscal, tras hacerle una foto al asesor de Ciscar con su teléfono móvil para enseñársela al supuesto testigo, Rafael Piqueras le dijo que ya podía irse, pero matizó: "Espero noticias tuyas pronto (...). Te aseguro que esto no acaba aquí".
El ministerio público también explica en su denuncia que al día siguiente, el 23 de julio, el jefe de prensa telefoneó al responsable de Seguridad y se reunieron en el despacho del primero en vicepresidencia. El periodista le mostró su "indignación" por lo ocurrido el día anterior y le avanzó que lo había puesto en conocimiento del vicepresidente, José Císcar, y del subsecretario, Rafael Sánchez-Pellejero.
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