“Una hora si me dices la verdad o dormir en el calabozo esta noche”
El jefe de seguridad de Fabra al jefe de prensa de Ciscar: “El topo está donde trabajas”
El 22 de julio de 2014, Juan Botella, jefe de prensa del vicepresidente del Consell, José Ciscar, aceptó acompañar al jefe de seguridad de Presidencia de la Generalitat, el inspector de la Policía Nacional Rafael Piqueras, a la comisaría del Pont de Fusta. Cuando preguntó lo que tardaría la gestión, recibió esta respuesta: “Una hora si me dices la verdad o quizás dormir en el calabozo esta noche, eso depende de ti”. Ante las protestas indignadas del asesor de Ciscar, el número dosde la policía autonómica le atribuyó “un delito menor, pero un delito”, cometido por él directamente o sobre el que tenía supuestamente información. Estaba buscando al denominado topo del Palau, que habría filtrado información sensible para el presidente Fabra.
“Quiero que sepas que he interrogado a muchos delincuentes en mi vida, incluso homicidas. Te haré unas preguntas duras, entiéndeme, de poli malo, porque en este caso seré el poli malo porque es mi obligación y trabajo”, le espetó tras asumir que no iba a interrogarlo de modo oficial. “Te advierto que sentirás, seguro, el deseo de no decirme la verdad. Pero no mientas, por favor, porque, si no, no sales hoy de aquí”.
“Se te acusa de un delito de revelación de secretos: un testigo te ha identificado entregando información al presidente de la Asociación Valenciana contra la Corrupción en un garaje o aparcamiento”, lanzó el inspector a Botella. “Hace meses llevabas el pelo corto, ¿verdad?”. Ante la respuesta afirmativa, prosiguió: “Otra prueba más en tu contra. Y hace meses una persona muy representativa tuvo una conversación privada contigo y te pidió ayuda para encontrar al filtrador de vicepresidencia, porque el topo sin duda está allí donde trabajas. Y qué causalidad que sabemos que una persona de la Asociación de la Corrupción comentó días después de que se pidiera por Presidencia ayuda a alguien, que se habían equivocado de persona. Lo que te señala nuevamente a ti”.
El diputado socialista Rafael Rubio reveló ayer la narración de la escena recogida en la denuncia de la fiscalía contra el policía implicado durante una comparecencia del consejero de Gobernación y Justicia, Luis Santamaría, en una comisión de las Cortes Valencianas para explicar tanto los interrogatorios a funcionarios de Presidencia, en enero de 2014, que culminaron sin éxito aunque el expediente apuntaba a dos cargos de confianza de la consejería de Ciscar, como el interrogatorio del jefe de seguridad al asesor del consejero, en julio, que ha acabado con la imputación del policía por supuestos delitos contra la integridad moral y de coacciones.
Santamaría dijo que se enteró del caso cuando lo publicó la prensa en octubre, momento en el que abrió un expediente que acabó con el traslado del jefe de seguridad de Presidencia a otras funciones en la unidad adscrita de la Policía Nacional y el envío de los hechos a la fiscalía. La investigación concluyó, según Santamaría, que “nunca hubo una investigación al respecto, no hubo orden ninguna”, por lo que Piqueras actuó por iniciativa propia.
“Esto es intolerable. Estamos en un Estado de derecho y este tipo de actuaciones no se pueden permitir”, dijo Rubio sobre los términos del interrogatorio al asesor de Ciscar, y criticó que este último hubiera estado un rato antes en la misma comisión para hablar de otros temas y, sin embargo, no compareciera para abordar el asunto. También criticó que no compareciera la secretaria autonómica de Organización, Coordinación y Relaciones Institucionales, Esther Pastor. El diputado socialista insinuó que a Ciscar se le ha apuntado como origen de las filtraciones y a Pastor como inductora de las pesquisas.
En todo caso, ni Rubio, que pidió que comparezcan el inspector y el jefe de prensa, ni el resto de la oposición se creen que el primero actuara por iniciativa propia. “Harry el Sucio se queda corto”, dijo Ignacio Blanco, de Esquerra Unida, que preguntó con sorna: “¿Por qué no cogen al señor Ciscar y le interrogan a ver si canta?”. Para Mònica Oltra, de Compromís, que calificó el episodio “de república bananera”, la explicación de Santamaría “es increíble”.
No creyó la oposición que nadie diera instrucciones al inspector ni que Santamaría conociera los hechos en octubre. El consejero insistió con énfasis en ese punto. “Tuve conocimiento de los hechos cuando fueron publicados”, alegó. “No me siento responsable”. Quien sí los conocía desde julio era Ciscar, según señala explícitamente la denuncia de la fiscalía al explicar que Botella se reunió el 23 de julio (al día siguiente del interrogatorio) con el agente para expresarle su indignación, tras haberlo comunicado al vicepresidente y al subsecretario Rafael Sánchez-Pellejero. “Tú puedes conseguir que tus amigos periodistas hablen, porque a un policía no le cuentan lo mismo que a ti. Tú puedes dar el nombre del topo o el indicio que lleve al topo de presidencia”, había instado el inspector al jefe de prensa, mientras amenazaba con hacerle perder su trabajo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.