La encrucijada de los patronos

“No debemos dar un paso atrás de 20 años en vez de dar un paso adelante. No se deben hacer cosas que más tarde no se puedan reparar”. El comentario de una fuente cercana al presidente de la Confederación de Organizaciones Empresariales de la Comunidad Valenciana (Cierval), José Vicente González, el hombre que renovó la patronal y ahora ve su liderazgo discutido, retrata la encrucijada en que se hallan los órganos de poder de los empresarios valencianos.

Un grupo de personas trabaja en el seno de Cierval para diseñar el futuro de las patronales de la comunidad autónoma bajo el apremio de su crisis financiera. Aunque se pactó que las conversaciones serían confidenciales, poco después de su constitución en noviembre trascendió la propuesta de hacer desparecer Cierval y volver al modelo de tres patronales provinciales cuyos líderes ejercerían de forma rotatoria una especie de representación regional. Al planteamiento de vuelta al esquema que funcionó en tiempos preautonómicos, le siguieron los rumores sobre el interés del presidente de la patronal de la provincia de Valencia (CEV), Salvador Navarro, de pilotar ese proceso sucediendo a González al frente de Cierval en las elecciones que la organización tiene previsto celebrar en julio.

Pareció que la suerte de González y de Cierval estaba echada. Pero tal vez no sea así. “No deben desaparecer las patronales de cada provincia, y eso es compatible con que Cierval exista y tenga peso”, afirma una fuente del entorno del presidente de la patronal autonómica, que pregunta: “¿Qué es adecuado para negociar con la Generalitat? ¿Una patronal fuerte o tres o cuatro fragmentadas? ¿Es creíble pensar que los valencianos podríamos tener una de las tres vicepresidencias de la CEOE, como hemos logrado ahora, si la presidencia de la patronal autonómica cambiase cada dos años? ¿Es que, después de tanto tiempo pidiéndolo, no nos interesa tener voz en Madrid? Ante el Gobierno que salga de las elecciones a la Generalitat, ¿nos interesa dispersarnos?”.

El economista Jordi Palafox no se muestra sorprendido por el trance. “A lo largo de la historia ha habido muchas patronales valencianas. Muy pocas veces se han antepuesto los intereses colectivos. Y las ocasiones en que se han hecho apuestas conjuntas se ha actuado de una forma muy valenciana, con una gran explosión de la que a los seis meses no queda nada”.

“Estos son los motivos por los que [Cristóbal] Montoro y [Ana] Pastor los ningunean”, afirma Palafox en referencia a los ministros de Hacienda y Fomento y su desdén hacia las peticiones de reunión o de cumplimiento de compromisos por parte de los empresarios.

La operación cuestiona el liderazgo de José Vicente González al frente de Cierval

González, cuya empresa no depende de contratos con la Administración, ha hablado con una claridad inusual desde presidencia de la patronal valenciana en estos tres años y medio, y le ha imprimido un estilo independiente, no ha anunciado si optará a la reelección. Su entorno tampoco aventura sus intenciones, pero sí advierten de que hasta las elecciones de julio “queda un mundo”. Con las patronales de Castellón y Alicante alejadas de él y los movimientos en la de la Valencia, hay pocas dudas, sin embargo, de que el escenario para él es complicado.

La distancia hacia González de la patronal de Castellón (CEC), cuyos dirigentes llevan décadas en el cargo, nació en el mismo momento en que fue elegido presidente de Cierval. El desafecto de la de Alicante (Coepa) está condicionado por la situación de la organización provincial, que atraviesa un momento tan delicado como su entorno político. El rumbo que parece haber tomado la de Valencia parece en ese contexto definitivo para el futuro de González, aunque fuentes de su entorno advierten de que en la CEV hay más opiniones.

El hecho de que saliera a la luz prematuramente la supuesta alternativa al presidente de Cierval desde la CEV (que el propio González presidió hasta dar el salto a la organización autonómica en 2011) no ha sentado bien a algunos de quienes podrían haber visto con buenos ojos la operación, afirman otras fuentes. El relevo también genera dudas por el hecho de que pueda desperdiciarse, vaciándola de contenido, la posición alcanzada por el máximo dirigente empresarial valenciano en la cúpula de CEOE, ligada a la sintonía que tiene con su presidente, Juan Rosell.

En su contra, apuntan fuentes patronales, juega lo que describen como “individualismo” de González en el manejo de Cierval. El recelo generado por su acaparamiento de cargos, tras haberse hecho también con la presidencia de Feria Valencia. Y las tensiones que ha mantenido con las autoridades. Las mismas fuentes consideran, sin embargo, que este último rasgo tiene doble filo por el hartazgo que también cundió entre los empresarios respecto a la docilidad de anteriores liderazgos.