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Año y medio de espera por un juicio para poder cobrar el salario

Los sindicatos denuncian la indefensión de los empleados ante empresas que no pagan

Los impagos dejan a los trabajadores a los pies de los caballos, en una especie de limbo de difícil salida. “Ni cobran ni los despiden mientras la patronal asume, con absoluta naturalidad, que trabajen gratis”, denuncia la CIG. El tiempo que aún tendrán que aguardar para cobrar lo que se les debe mientras la justicia no se pronuncia es la otra cara de un problema “dramático” que “colapsa los juzgados de los social” con un chorreo de denuncias a las que les queda por delante un largo periplo. Como ejemplo, Lois Neto, responsable de Organización de la CIG en Lugo, apunta que los juicios por cantidades reclamadas en diciembre de 2014 se están fechando en mayo de 2016. A esto, añade, habría que sumarle el tiempo que tarde en salir la sentencia.

 Para que un empleado que no cobra pueda solicitar la rescisión de su contrato tiene que acumular cuatro meses de impagos más lo que dure el trámite judicial, con lo que se planta en unos siete u ocho meses sin cobrar pero atado a la empresa que no le remunera. El sindicalista todavía añade otro fleco a este problema y es que cuando la empresa se declara insolvente, el Fogasa (Fondo de Garantía Salarial) solo cubre cuatro mensualidades. “Después de muchos meses de penurias, los trabajadores terminan sin tan siquiera cobrar lo que les pertenece por el trabajo que han hecho”, concluye Neto.

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