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Crónica
Texto informativo con interpretación

Barracas de monstruos y cauces desaparecidos

Las redes sociales aportan testimonios directos de la historia de la ciudad

El Rec Comtal a su paso por un lugar indeterminado de Barcelona, en una imagen tomada en el año 1916.
El Rec Comtal a su paso por un lugar indeterminado de Barcelona, en una imagen tomada en el año 1916.

No es la primera vez que expreso públicamente mi interés por el trabajo de muchos de mis conciudadanos, que desde diversos blogs y páginas de Facebook se dedican a rescatar la memoria íntima de Barcelona. A través de las redes sociales se está haciendo una crónica pormenorizada de patrimonios muy variados, donde los particulares pueden aportar su colaboración a través de fotografías o testimonios de primera mano. En el caso de Enric H. March, este trabajo se complementa con la labor que hacen los talleres de historia de cada barrio, como el de Clot-Camp de l’Arpa al que pertenece. Él me cuenta que cuando era un niño le enseñaban a fijarse en todo aquello que veía, y a base de aguzar los sentidos terminó por preguntarse por el origen de las cosas que aparecen ante el transeúnte inquieto. Haciendo bueno aquello de que no puedes dejar de saber lo que ya sabes, la experiencia de caminar por la ciudad se transformó en un ejercicio detectivesco para averiguar el porqué de aquellos elementos peculiares que le llamasen la atención, como callejones sin salida, casas orientadas de manera diferente a sus vecinas, o elementos que pareciesen no encajar en el paisaje. Aquella gimnasia sensorial no hubiese ido más allá de no ser por una grave enfermedad, a raíz de la cual Enric comenzó a escribir en el año 2009 un blog que ya es uno de los más conocidos y respetados de los que se dedican a la historia local.

Enric H. March, blogero de temas de historia de Barcelona.
Enric H. March, blogero de temas de historia de Barcelona.consuelo bautista

Entre sus varias inquietudes, mi interlocutor es licenciado en filología Hispánica y Semítica. Quizás por ello bautizó su ventana digital al mundo como Bereshit, que es la primera palabra de la Biblia (en hebreo significa “al principio”). Como me cuenta su autor: “Mi blog comenzó como un dietario personal, y con el tiempo se ha convertido en una herramienta para recuperar historias que se habían perdido”. La primera tuvo como protagonista una estructura metálica parecida a una farola situada junto al bar Trole (frente al Arco del Triunfo), que resultó ser uno de los postes que sostenían la catenaria de los antiguos tranvías. No obstante, su hallazgo más comentado se produjo de manera accidental en una librería de viejo, cuando dio con el cartel del desconocido Museo Roca que anunciaba una exposición titulada Los estragos del Barrio Chino, en la que se mostraban diversos modelos en cera sobre enfermedades venéreas y sobre los peligros de estupefacientes como el opio o la cocaína. Al mismo tiempo, en esa línea gore que conjugaba ciencia y morbo, podía verse la Araña Gigante del Japón, las Hermanas Siamesas, o una galería de monstruos humanos. Cuando mi entrevistado lo localizó, del Museo Roca no quedaba nada, sus restos habían sido adquiridos por un coleccionista extranjero. Intrigado, se puso en contacto con el Museo de la Medicina de Barcelona, cuya colección de figuras en cera sigue esperando en un almacén de Terrassa a encontrar ubicación definitiva. Y desde entonces ha podido documentar una veintena de exhibiciones anatómicas más, que funcionaron en Barcelona entre 1849 y el final de la Guerra Civil. El propio teatro Romea llegó a albergar uno de estos museos, y otro de ellos era el de Francesc Darder, primer director del zoológico barcelonés que durante la Exposición Universal de 1888 mostró al famoso “negro de Bañolas” en una sala del paseo de Gràcia. Aquellos espectáculos seudocientíficos le llevaron a las ferias de monstruos, donde se mostraban gigantes, enanos, mujeres barbudas, obesos descomunales, u hombres mono que hacían toda suerte de acrobacias. Este ocio decimonónico tuvo su punto neurálgico en la plaza Cataluña, sobre todo en el Circo Ecuestre Alegría que en 1895, cuando estaban a punto de retirar las barracas de allí, presentó un hombre salvaje. Se dio la casualidad que al tercer día de estar allí se quemó el recinto de madera donde le exhibían y tuvieron que rescatarle los bomberos (cuentan las viejas crónicas que el presunto simio iba renegando en catalán). En La Rambla también se instalaron estas rudimentarias exposiciones, parece ser que junto a Canaletas podía verse a una mujer muy gorda junto a un elefante. Y en la Gran Via hubo espectáculos de fieras, como el del célebre domador Bidel que se paseaba por la calle con una leona. Hasta llegar al Paral.lel que empezó a atraer un público muy popular gracias a casetas de monstruos y locales de espectáculos bizarros, como el Cabaret de la Muerte, un local también rescatado por Enric, al parecer similar al parisino Cabaret du Néant, donde se representaban fantasmagorías y cuadros fúnebres.

Bereshit no es el único blog que gestiona mi entrevistado, también escribe Terres d’Edom (bereshitbiblia.blogspot.com.es) sobre la Cataluña judía. Y Rec Comtal (el-rec-comtal.blogspot.com.es) que estudia el recorrido que hacía la acequia medieval, y que en su opinión: “debería señalizarse con un camino de luz que siguiese su itinerario hasta el yacimiento del Born”. Hoy poca cosa puede verse ya de aquella obra hidráulica, apenas algún tramo como el que se esconde tras la librería Sal i Pebre de la calle del Clot. Sin embargo, aquellas aguas le han conducido hasta su actual preocupación por el solar ocupado en su día por el Economato Militar de la calle del Rec, que Núñez y Navarro quiere convertir en un hotel, y donde se ha encontrado parte del acueducto romano, de la muralla medieval y del propio Rec Comtal, sin que de momento haya proyecto alguno para garantizar su preservación.

Como el amigo Enric termina de explicarme, las redes sociales y el contacto entre personas que comparten afición por su ciudad han cambiado la forma de abordar la historia de Barcelona, y nos está desvelando historias sorprendentes. Que continúe esa tarea es uno de mis buenos deseos para este nuevo año que está a punto de empezar.

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