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Esther Ferrer apela a la inteligencia, no a las emociones

La artista participa en San Sebastián en la inauguración de las jornadas Feministaldia 2014

Esther Ferrer este miércoles en San Sebastián.
Esther Ferrer este miércoles en San Sebastián.JAVIER HERNÁNDEZ

La artista donostiarra Esther Ferrer lleva años trabajando con su cuerpo, como una performer pionera que, según ha asegurado este miércoles en San Sebastián, lo que pretende es "hablar de la inteligencia de la gente, de su pensamiento y no de sus emociones".

"No me interesa despertar emociones. Procuro en la medida de lo posible excluir mi subjetividad. Me va muy bien", ha dicho esta creadora en Arteleku en la jornada de inauguración de las jornadas Feministaldia 2014.

Ferrer, recientemente galardonada con el Premio Velázquez de Artes Plásticas, ha dicho que no suele participar en actividades en las que tenga que hablar exclusivamente de su trabajo.

En este caso, ha aceptado la invitación del colectivo Plazandreok para acudir a este encuentro porque lo hará como mujer feminista -que no artista feminista-, un papel que ejerce desde que se levanta hasta que se acuesta, según ha recalcado la artista, nacida en San Sebastián en 1937 y afincada en París desde 1973.

Desde esa militancia le llama la atención que sean precisamente las mujeres, sobre todo las jóvenes, las que más se sorprendan de que muchas veces se muestre desnuda en sus performances y le pregunten si no le da "vergüenza" que se le vea el cuerpo, especialmente ahora que ya es "vieja".

"Eso sí que lo hago por militancia pura y dura. Tengo derecho a ser mujer y no corresponder a los cánones estéticos al uso. Tengo derecho a ser vieja y no tener vergüenza de mi cuerpo", ha destacado. Ha comentado que le interesa el cuerpo como objeto y soporte de la obra y que si ha optado por utilizar el suyo para sus representaciones es porque le resulta "más fácil que emplear otro" y no tiene que "pedir permisos ni dar explicaciones".

Ferrer prefiere expresar placer a dolor y siempre ha elegido "trabajar pobre", poder "decir lo más con lo menos", por lo que en sus trabajos siempre empieza por "eliminar" hasta quedarse con "la idea cruda". "Nunca intento adornar lo que hago, poner elementos que no puedo justificar yo misma, aunque fuera a embellecerlo o hacerlo mejor o peor, divertido, triste o emocional", ha precisado.

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