La sombra de Balenciaga

Para Cristóbal Balenciaga, en los cuatro talleres que el modista abrió, trabajaron infinidad de costureras. Imposible saber su número. Cuando cerró la casa de Barcelona, había unas 140 trabajadoras, en París, 500... Pero a todas ellas está dedicada la exposición Maleta de una modista. Entredós 3.0, una exposición inaugurada hoy por el Museo Balenciaga de Getaria y abierta al público hasta el próximo 12 de abril.

El germen de la muestra es una maleta que por puro azar cayó en las manos de la artista Fiona Capdevila. La maleta, de mimbre, repleta de patrones enrollados, pertenecía a Pilar Ayarza, una de las modistas que trabajó para el diseñador en Barcelona.

Capdevila y Rosa Solano han creado a partir del contenido de la maleta y de parte de los elementos que Ayarza guardaba en su casa, como su maquina de coser o un álbum con recortes de prensa sobre Balenciaga y fotos, una serie de obras que rinden homenaje a las mujeres que contribuyeron a la forja de la leyenda.

Retales de patrones, metros, dedales o hilos conforman las piezas abstractas de la muestra, interprestaciones del mundo de la costura, del trabajo de las modistas, y entre ellas, la recreación de algunos de los patrones que guardaba la maleta. Patrones dibujados originalmente en los papeles que las casas de telas de Barcelona suministraban al taller, y cuyos dibujos se han estampado en las telas.

La exposición es el germen de un proyecto, según ha explicado la directora del centro, Miren Vives, a través del cual el Museo quiere recuperar el testimonio de las personas que trabajaron con Balenciaga. Así, por ejemplo, a la inauguración de esta muestra han sido invitadas algunas de las modistas guipuzcoanas. La idea es recapitular nombres, testimonios o fotografías de estas personas para, entre otras cosas, la interpretación y difusión "del patrimonio inmaterial asociado al oficio, con el hilo conductor de Balenciaga".