Santiago cambia un solar en pleno centro por pisos sociales en la periferia
El Ayuntamiento permuta una parcela a 350 metros del Obradoiro por 36 viviendas
A 350 metros de la plaza del Obradoiro se encuentra uno de los últimos solares vacíos edificables del casco histórico de Santiago. A principios de la pasada década, la Xunta y el Ayuntamiento decidieron dedicarlo a vivienda de protección oficial, pero los sucesivos gobiernos nunca llegaron a construir en él. Ayer ambas administraciones anunciaron que cederán la parcela, de 1.600 metros cuadrados y valorada en 2,9 millones de euros, a un promotor privado para que construya en ella vivienda libre a cambio de que levante pisos de protección por el mismo valor en otro lugar a cuatro kilómetros de distancia, en la salida de Santiago hacia Ourense.
La iniciativa de construir vivienda social en pleno centro de Santiago fue lanzada con Manuel Fraga aún en la Xunta e impulsada durante el bipartito, que planteó 40 viviendas (31 estudios y nueve pisos de dos habitaciones) pensadas para alquilar a jóvenes durante un máximo de diez años. Su intención era contribuir a reducir la especulación en la zona mejorando la calidad de la oferta y reduciendo los precios. El concurso de ideas convocado entonces lo adjudicó en noviembre de 2009 el primer Gobierno de Feijóo, que elogiaba “la adecuada distribución de las viviendas, que garantiza una óptima funcionalidad de las mismas”. El Ejecutivo popular cambió los logotipos de las vallas que cierran el solar, pero nunca llegó a iniciar la construcción del edificio, argumentando la falta de fondos suficientes para una obra que valoró en 2,6 millones de euros y también que el proyecto era “inviable” técnicamente, en contra de sus pasados elogios.
A ambas ideas se agarraban ayer tanto el Ayuntamiento como la Xunta para justificar la entrega del céntrico solar, situado junto a la biblioteca pública estatal, a manos privadas. La operación se realizará a través de un concurso público y a cambio el ganador levantará en otra parcela de titularidad autonómica, en el barrio de Lamas de Abade, dos edificios de protección oficial con 36 viviendas que deberá terminar antes de acometer la obra en el centro. Xunta y Ayuntamiento argumentan que la otra opción sería seguir dejando el solar del casco histórico sin construir por falta de fondos y defienden que con su decisión facilitan que haya 36 nuevas viviendas de protección en Santiago, más grandes que los 40 estudios previstos. Ninguna de las dos Administraciones quiso valorar el hecho de que esa vivienda social se lleve ahora a las afueras y se facilite la construcción de más vivienda libre en el centro. Tampoco ninguna mencionó la posibilidad de que se construya vivienda social en ambas ubicaciones, pese a que tanto el alcalde, Agustín Hernández, como la conselleira, Ethel Vázquez, destacaron la demanda existente. Según sus cifras, en Santiago hay 600 familias demandantes de pisos de promoción pública. Hernández también recordó que las últimas viviendas públicas construidas por la Xunta en Santiago se iniciaron en 2006 y se acabaron en 2010.
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