Los leones no duermen
El Congreso de los Diputados estrena la nueva iluminación Led de su fachada principal
Sobre la Puerta de los Leones, la fachada principal del Congreso de los Diputados, se estrenó ayer una iluminación en pos del ahorro energético con un consumo de unos 1.413 vatios, el equivalente al de dos microondas. La suave luz blanquecina, presentada ayer con motivo del 36º aniversario de la Constitución, destaca los elementos más significativos del edificio neoclásico construido entre 1843 y 1850.
El encendido de las luces lo protagonizaron el presidente del Congreso, Jesús Posada, y los presidentes de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, y de su Fundación, Manuel Marín (expresidente de la Cámara). La luz prendió con un mecanismo táctil que se activó cuando los tres colocaron la palma de la mano en un interruptor con sus nombres frente a la fachada. El acto duró apenas cinco minutos, y estuvo presente la vicepresidenta del Congreso, Celia Villalobos, que suscribió el acuerdo con Iberdrola, en 2012. Los cuatro pasearon por una alfombra verde colocada desde las escaleras hasta el lugar de activación del alumbrado.
Los proyectores iluminan el pórtico clásico con seis columnas corintias, la puerta de bronce al final de la escalinata y los leones de bronce. La Fundación Iberdrola alumbró previamente otros edificios, como la basílica del Monasterio de El Escorial o la mezquita del Cristo de la Luz (Toledo). “Es un orgullo iluminar un edificio emblemático que encierra una parte muy importante de la historia de España”, declaró el presidente de la eléctrica, que ha financiado, diseñado e instalado el sistema. “Dicen que las grandes empresas no pagan dinero. Sí pagamos, y mucho”, aseguró.
“Esta iluminación pone en valor una obra maestra de la arquitectura española. Apostamos por la eficiencia energética en este escenario de numerosos acontecimientos”, añadió Sánchez Galán. La instalación utiliza 35 proyectores de tecnología Led y su consumo supone un ahorro del 75% respecto a la iluminación tradicional.
En torno a medio centenar de personas se congregaron frente a la fachada por el despliegue en torno al acto. “Es una buena idea. No me gusta que el Congreso esté tan apagado con la iluminación que hay en todos los edificios de la zona”, comentó Catalina López. Menos convencida estaba Magda Hernández, que se sentó a descansar y decidió curiosear: “Seguro que luego nos suben la luz”.
El acto no fue una novedad para todos. Clara Martínez vio cómo probaron las luces la semana pasada. “Paso por aquí todos los días y la verdad es que parece otro edificio”, dijo. Su perra, Chola, tiraba de la cuerda. A ella no le habían impresionado las luces.
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