Podemos y los pactos con Bildu
Las relaciones con la izquierda 'abertzale' en Navarra y Gipuzkoa será aprovechadas por los enemigos de la formación de Pablo Iglesias
Pues ya están aquí. Aquellos que ocuparon la Puerta del Sol y las plazas del Reino de España y continuaron su trabajo de debates en los barrios y universidades. Aquellos que tejieron redes y que a partir de ellas se movilizaron contra los desahucios, salieron a la calle en mareas blancas, verdes o naranjas. A aquellos a los que siempre se les decía lo mismo desde el Partido Socialista y particularmente desde el Partido Popular, a los que se les retaba, se les desafiaba a concurrir a las elecciones. Se les decía que la única representación legítima era la parlamentaria.
Todo ello desde la seguridad absoluta de la imposibilidad de resquebrajar el entramado bipartidista blindado por una legislación electoral acorazada.
Pues bien, ya están aquí. Han aceptado el reto y el miedo se ha instalado en el pleno centro de Madrid. Tanto los unos como los otros sienten el miedo por la aparición de una fuerza política sin mochilas y que quiere transformar la realidad y no únicamente verla pasar.
Daremos por bueno los resultados de las encuestas que han aparecido últimamente. De todas maneras, aunque no lo fueran, parece seguro que serán una fuerza determinante en Ayuntamientos, Diputaciones y Gobiernos autonómicos, sea cual sea la fórmula que utilicen.
En este escenario lo primero que se le viene a uno a la cabeza es ¿Y ahora qué? Dicho de otra manera, ¿Con quién van a pactar? Por empezar por algún lado: En la comunidad foral navarra las encuestas ofrecen la posibilidad de un gobierno de Bildu y Podemos o de Podemos con el apoyo de Bildu. Parece lógico si uno examina los programas de una y otra fuerza.
La cuestión soberanista tampoco parece un impedimento grave porque las dos fuerzas parten del reconocimiento del derecho a decidir. Aunque el paso siguiente sea divergente. Las dos fuerzas aprecian la necesidad de un cambio completo en Navarra, superar el régimen de UPN que ha contado de una u otra manera con el sustento del partido socialista navarro.
En la Comunidad Autónoma Vasca la situación más significativa es la de Gipuzkoa donde gobernada por Bildu, se ve enfrentada ahora al pacto entre socialistas y PNV para arrebatar el gobierno a los independentistas. Sin embargo, con arreglo a las encuestas la llave la tendrá Podemos, será quien decida, siempre si hacemos caso a las encuestas, si gobierna el aparato del Estatuto de Gernika o si lo hace una fuerza progresista con Podemos o sin ellos.
Lo mismo cabe decir, más aún leyendo el acuerdo marco para el programa económico de Navarro y Torres al respecto de la convergencia del citado programa con la actuación y el propio programa de Bildu.
Medidas estrella en el ámbito fiscal como la recuperación del impuesto sobre el patrimonio que se menciona en el citado documento ya ha sido aplicado en Gipuzkoa. Gipuzkoa está a la cabeza de la lucha contra el fraude en cuanto a resultados y dotación de medios, es puntera en la protección social siendo el territorio que mayor cobertura ofrece, equiparable por no decir superior a las de los países UE-15.
En el Gobierno de Bildu en la Diputación Foral de Gipuzkoa se ha instalado la idea de aproximar, en la medida de las competencias y de las posibilidades, el sistema de garantía a un sistema universal de ciudadanía. Cito todas estas cuestiones porque son las más ejemplificadoras de la convergencia de programas y objetivos: Sería antinatural una actuación de Podemos que, de una u otra manera, dejara el gobierno en manos de la derecha.
Pero llegamos a la cuestión del objetivo estratégico de Podemos. Este no es otro que La Moncloa, el Gobierno de España y pactos con Bildu en particular en Navarra y también, pero en menor medida en Gipuzkoa, serán aprovechados por los enemigos de Podemos para abrirles un nuevo frente. ¿Subordinará Podemos sus pactos de progreso a su objetivo estratégico? ¿Subordinará Podemos Navarra y Gipuzkoa para evitar ataques?
Lo que si me atrevería a afirmar con seguridad es que el pacto entre Podemos y Bildu sería real si las elecciones generales se anticiparan a las municipales y forales.
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