Fiscalía ve posibles coacciones en el interrogatorio al asesor de José Ciscar
El exjefe de seguridad de Fabra realizó por cuenta propia la caza del topo del Palau
El fiscal ha remitido al juzgado la investigación abierta sobre el interrogatorio que el exjefe de seguridad de Presidencia de la Generalitat Rafael Piqueras hizo al jefe de prensa del vicepresidente del Consell, Juan Botella, por un posible delito contra la integridad moral o, subsidiariamente, de coacciones.
Según ha informado el Ministerio Público, esta investigación está relacionada con el interrogatorio que este agente realizó al asesor de José Ciscar en relación con la búsqueda del autor o autores de filtraciones de datos relacionados con la Presidencia de la Generalitat.
El pasado 15 de octubre el consejero de Gobernación y Justicia, Luis Santamaría, informó del cese del jefe de seguridad de Presidencia, Rafael Piqueras, a raíz de una investigación interna.
Santamaría informó además de que la Generalitat trasladaría a la Fiscalía las conclusiones de dicha investigación para que decidiera si de ella se derivaban responsabilidades penales, que en caso de confirmarse conllevarían apartar a Piqueras como agente de la unidad del Cuerpo Nacional de Policía adscrita a la Comunidad Valenciana.
Piqueras, a quien la Generalitat ha abierto un expediente disciplinario al entender que actuó siempre a título individual, según la investigación, en contra de los procedimientos reglamentarios, fue sustituido provisionalmente por el subinspector de la unidad adscrita Santiago Álvarez.
Según los testimonios recogidos, Piqueras, que había accedido al cargo en mayo pasado, pidió al subsecretario de Presidencia, que ha sido precisamente el instructor de la investigación interna, que le presentara al jefe de prensa del vicepresidente Ciscar.
La investigación concluye que la primera "entrevista", como la denomina el consejero, de Piqueras al asesor de Ciscar se produjo en dependencias policiales y duró entre 30 y 40 minutos.
Según la versión del jefe de seguridad, esta transcurrió con normalidad, mientras que el jefe de prensa aseguró que, a pesar de haber accedido voluntariamente a la misma, se sintió duramente presionado.
La segunda "entrevista" tuvo lugar al día siguiente pero en el despacho del asesor de Ciscar.
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