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Manuel Ángeles Ortiz consiguió ser profeta en su tierra

El Museo de Jaén reúne la obra del pintor vanguardista en el 30º aniversario de su muerte

Ginés Donaire
Una de las obras de Manuel Ángeles Ortiz que puede verse en Jaén.
Una de las obras de Manuel Ángeles Ortiz que puede verse en Jaén.

Se cumplen ahora 30 años desde la muerte en París del pintor jiennense Manuel Ángeles Ortiz, sin duda uno de los artistas andaluces de vanguardia más importantes del siglo XX. Pintor con una fuerte influencia picassiana que combinó el cubismo con el surrealismo, Ortiz estuvo buena parte de su vida vinculado a Granada y tardó en hacerse profeta en su tierra natal. Ahora, el Museo Provincial de Jaén intenta rescatar la figura de este pintor con una exposición en la que se reúnen las obras de varias colecciones privadas y diversas instituciones y que complementan el legado adquirido hace dos años por el museo.

Autorretratos, anatomías, cabezas, homenajes al Greco, desnudos y paisajes, junto a una representativa muestra fotográfica y epistolar del artista así como piezas cerámicas de clara influencia picassiana, forman el grueso de la muestra Manuel Ángeles Ortiz en las colecciones giennenses, que promueve la Fundación Caja Rural y que puede visitarse hasta el próximo 13 de enero. Una retrospectiva que, como apuntó Antonina Rodrigo, biógrafa del pintor, “muestra una evolución en su trabajo, en el que como si de una esponja se tratara, va absorbiendo influencias de aquí y allí, dando lugar a su peculiar estilo”.

Miembro destacado de la Generación del 27, Manuel Ángeles Ortiz (Jaén, 1895-París, 1984) marchó con su familia a Granada cuando apenas contaba con tres años. Amigo inseparable de Federico García Lorca y miembro destacado de la tertulia El Rinconcillo, el pintor se fue a París con una carta bajo el brazo de Manuel de Falla y estableció una amistad duradera con Picasso, de quien recibió una gran enseñanza espiritual. Más tarde, tras estallar la Guerra Civil, Ortiz, de clara afinidad republicana, se vio forzado al exilio, primero a Argentina y después a París, donde falleció hace 30 años.

Pilar Palazón, amiga del pintor y concejala de Cultura en la primera legislatura democrática, fue la promotora del homenaje con el que el pueblo de Jaén se congració con uno de sus hijos más ilustres. Fue con la concesión de la Medalla de Oro de la Ciudad y su nombramiento como Hijo Predilecto, en 1981. Manuel Ángeles Ortiz, como gratitud, regaló dos de sus cuadros a su tierra. “Esos son el germen del coleccionismo de su obra en la provincia”, recordó Palazón, que reivindica un espacio propio mucho más amplio para divulgar la obra de Manuel Ángeles Ortiz. El Museo Provincial de Jaén ya recibió en mayo de 2012 otras 24 nuevas obras del pintor procedentes del Museo de Bellas Artes de Granada, un legado que se sumó a las 19 obras con las que ya contaba el centro jiennense.

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