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Máscaras y cinco minutos de silencio por una vivienda digna

Varias ciudades catalanas acogen manifestaciones por los ‘sin techo’

Camilo S. Baquero
Protesta en la plaza de Sant Jaume, en Barcelona
Protesta en la plaza de Sant Jaume, en BarcelonaJUAN BARBOSA

La cita era a las 11.30 de la mañana, en la plaza de Sant Jaume, pero muchos llegaron antes. Más de dos centenares de personas, vestidos de negro y con máscaras blancas, se reunieron ayer en el centro de Barcelona para llamar la atención sobre el problema de la vivienda en Cataluña y el de los sin techo. La gran mayoría eran personas que padecen este problema. En una performance organizada por Cáritas y la Red de Atención a las Personas sin hogar (XAPSLL, por sus siglas en catalán), los manifestantes pidieron tanto al Gobierno de la Generalitat como al de Ayuntamiento que en 2015 nadie esté sin casa.

El acto, que se repitió en una treintena de ciudades españolas, quería adelantarse a la conmemoración del Día de las Personas sin Hhogar el próximo domingo. Una problemática a la que Barcelona no es ajena. Los recuentos de la XAPSLL del año pasado revelan que unas 3.000 personas no tienen hogar. De estas, 879 duermen en la calle, 1.451 lo hacen en equipamientos de la red (en la que está el Consistorio) y el resto malviven en asentamientos irregulares.

La Red de Atención calcula que en Barcelona hay 3.000 personas sin hogar

El lema de la manifestación era Por una vivienda digna y adecuada. Nadie sin hogar y se podía leer en varias pancartas. Tras unos cinco minutos de silencio, los participantes se acercaron a lo que semejaba ser una inmensa tarta de cartón, con una leyenda que decía Imagina un 2015 sin nadie en la calle. Muchos de los asistentes la decoraron con pequeñas casitas, también de cartón.

Después el turno fue para Teresa Bermúdez, responsable del Programa Sin Hogar y Vivienda de Cáritas Diocesana de Barcelona, que leyó un manifiesto. El texto estaba escrito como un relato en primera persona que narraba la pérdida de un techo por razones sobrevenidas, como la crisis económica y las consecuencias que esto tiene sobre las personas. “Cuando llegas a la calle el aspecto psicológico hace que estés al límite, no tienes comida, no descansas, tienes miedo a robos y agresiones... tardas en darte cuenta que has tocado fondo, que vives en una fragilidad constante”, decía el texto.

“Por mucho que te esfuerces no ves la salida”, dice una afectada

Además de estas descripciones, terminaba con un apunte que puede ser interpretado como un reproche. “Tener un hogar es tener un lugar donde volver, donde alguien te pueda esperar, donde poder sentarte cómodamente, un lugar para tener una mesa para comer, una ducha, una cama para descansar. En definitiva, un hogar, tu hogar. ¿Estamos pidiendo mucho?”, finalizaba el texto.

Rosa, debajo de su careta y sosteniendo una pancarta, era una de las protagonistas de la manifestación. Esta ecuatoriana de 34 años terminó en la calle después de que la desahuciaran de su piso en Ciutat Meridiana. Sus hijos y su pareja regresaron a su país pero ella se quedó intentando ayudarles desde aquí. Las cosas no le salieron como pensaba y hubo un momento en que no tenía cómo pagar el alquiler de la habitación en un piso del Raval. “Lo que más duele es que por mucho que te esfuerces no ves la salida. Es un círculo del que no sales. Si hubiera sido capaz de contarle mis problemas a alguien antes todo esto no hubiera pasado”, recordaba con tristeza.

Concentraciones diferentes también se realizaron en otras ciudades catalanas, incluyendo las capitales de provincia. El leitmotiv, la construcción siempre de un hogar. Aunque sea de cartón.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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