Novia Salcedo aboga por luchar contra el desempleo juvenil desde el colegio

El 37,9% de los jóvenes vascos de entre 16 y 24 años que buscan trabajo está en paro. Es decir, unos 20.000 jóvenes no encuentran su hueco en el mercado laboral. En España es de un 53,1%, pero el patrón es el mismo: ambas superan la media europea (23,1%) y no paran de crecer. No se han dado mecanismos para enfrentar el problema. "Falta experiencia práctica desde edades más tempranas, la empresa y el diseño societario no da preparación real, no hay suficiente emprendimiento, y falta transversalidad entre los sectores productivos", apunta Begoña Etxebarria, directora de la Fundación Novia Salcedo, que impulsa en Bilbao el Foro por el Empleo Juvenil.

Las jornadas internacionales, que comenzaron ayer y continúan hoy, son parte de la campaña de la fundación, apoyada por el Gobierno vasco, central y otras 80 entidades de 14 países distintos, para pedir a la ONU que dedique la década 2019-2028 al empleo juvenil. Buscan la oportunidad para "movilizar y transformar" organizaciones y países, así como para crear una sinergia entre las partes. "España no ha sabido enfrentar el problema", aseguró Etxebarria, que aboga por un cambio a una sociedad "menos vertical y rígida" que pueda adaptar sus trabajadores a los modelos de producción. Cambiar e innovar según el mercado.

Una de las acciones prácticas que propone Etxebarria para construir esta "nueva sociedad" a largo plazo es la de empujar a los jóvenes a "interiorizar" el mundo laboral desde "edades mucho más tempranas", en colaboración con colegios o universidades que formen en "empleabilidad". En los países nórdicos, por ejemplo, las empresas abren sus puertas a menores de 16 años para que puedan probar una experiencia real de trabajo.

En busca de ese fin, Novia Salcedo creó el programa Lanaldi, que acerca a adolescentes de 16 años a una empresa, de momento, por un día. El objetivo es expandirlo a una semana o más.

La principal tarea de la Fundación Novia Salcedo es, sin embargo, la de conectar empresas con jóvenes trabajadores, a través de becas remuneradas y cursos de formación. Este 2014, han tenido 4.000 solicitudes, y han puesto a trabajar a 850 jóvenes —700 a nivel nacional y 150 en el extranjero—. El 64% de sus becarios ha logrado un contrato de trabajo de algún tipo. Esto es, 411 contratos firmados.

Pero no todas las prácticas son panacea. "Tiene que ser una etapa de transición, no un mecanismo de obra barata". Por eso, Etxebarría aboga por un máximo temporal de un año. "Hay empresas que no buscan formar. Si no se mima y no hay compromiso, cuando sale está peor. Crea falta de estabilidad y poca posibilidad de mejora". Todas las empresas que colaboran con Novia Salcedo "dotan de fondos" a la organización. Una de las dos partes —trabajador o empresa— tienen que ser vascos. "Debemos tener la garantía de que se adhiera a la cultura de la empresa. Una intermediación real".

La fundación es crítica, además, con la "falta de transversalidad entre las distintas disciplinas y sectores" del modelo actual. Etxebarría señaló la necesidad de que sea la empresa la que adapte a los trabajadores a su mecanismo, y no al revés, contratándolos "simplemente" dependiendo de los estudios y un punto de partida. "La carrera no debería hipotecar la vida de una persona, obligada a trabajar en un campo concreto", apuntó Etxebarría, que, además, señaló humanidades o márketing como sectores poco abiertos a la formación. "La mayoría de nuestras becas siguen siendo de ingenieros e informáticos", explicó.

"Del empleo juvenil depende definir qué sociedad queremos. Si queremos que sea inclusiva, los jóvenes son los activos del sistema productivo", aseguró.