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La Fundació Carulla crea un premio de 100.000 euros para ‘star-up’ culturales

La entidad se moderniza con la entrada de la tercera generación de mecenas

Carles Geli
Jordi Carulla-Ruiz (izquierda), Carles Duarte, Montserrat Carulla y Guillem Usandizaga, en el acto de presentación.
Jordi Carulla-Ruiz (izquierda), Carles Duarte, Montserrat Carulla y Guillem Usandizaga, en el acto de presentación. j. vidal sabata

Más del doble que los premios nacionales que otorga el Estado; un 40% más que la dotación del Sant Jordi de novela y apenas 10.000 euros menos que el premio Cervantes... Hasta 100.000 euros es la dotación con la que la remozada Fundació Carulla ha decidido dotar su primer premio Lluís Carulla de apoyo al nacimiento de un proyecto cultural (lengua, artes, pensamiento...) innovador en el ámbito catalán. O dicho a la manera americana: para la creación de star-upculturales.

 La espectacular cuantía del galardón —cuya convocatoria arranca este mes y se cierra el 25 de marzo de 2015, para fallarse en noviembre— no deja de ser la punta del iceberg de la notable remodelación que ha iniciado la entidad en aras de su modernización.

De las más generosas y activas en el hoy diezmado ámbito del mecenazgo en Cataluña (gracias a la aportación del grupo alimentario Agrolimen, propiedad de la familia Carulla, que este año ha donado al organismo 2.139.900 euros), la fundación quiere, por un lado, actualizar la imagen de una entidad que nació en 1973. Por otro, solventar ciertos problemas de visibilidad, que está detrás de empresas culturales como el Museo de la Vida Rural de L’Espluga de Francolí (en el que se han invertido nueve millones de euros en los últimos años); la editorial de clásicos catalanes Barcino, los premios Baldiri Reixac para la escuela catalana y el Observatorio de los Valores, entre otras actividades.

A todo ello no es ajeno la consolidación en la entidad de la tercera generación de los Carulla en el patronato de la fundación, representados por Jordi Carulla-Ruiz (vicepresidente), Guillem Usandizaga y Mireia Tomàs, arrollando a la presidenta, Montserrat Carulla.

La nueva situación se traduce, amén de en la remodelación de la web y en la incorporación del logotipo en todos los proyectos, en el cambio de nombre del organismo, que pasa de Fundación Lluís Carulla a Fundación Carulla, y de la creación del premio que sí lleva el nombre del fundador del imperio alimentario. El nuevo reconocimiento para impulsar star-up culturales sustituye así al Premi d’Honor Lluís Carulla concedido hasta el año pasado a personalidades y entidades por su trayectoria y valores (en su primera edición, en 1977, fue galardonado el doctor Josep Trueta y en la última, Paul Preston), con una dotación de 50.000 euros.

“Se trata de mirar más al futuro, de abrir caminos”, sitúa el director de la fundación, Carles Duarte. “Queremos ser menos pasivos, hay una voluntad de incidir y tener una actitud más proactiva en un sector como el cultural que se ha visto muy castigado por la crisis”, apunta Carulla-Ruiz.

La fundación quiere que concurran al nuevo premio particulares, empresas y organizaciones sin ánimo de lucro, que deberán presentar una memoria del proyecto, así como un plan de viabilidad económica y técnica y un calendario de ejecución. También deberán dar a conocer el presupuesto total y el porcentaje que representaría el premio. La Fundación Carulla, “sólo con el afán de hacer un seguimiento del premio para que llegue a puerto”, según Duarte, firmará un contrato con los ganadores y está dispuesto a asesorarles. Los tres representantes de la nueva generación de los fundadores, a los que se unirán el escritor y periodista Vicenç Villatoro y el filólogo Ramon Pla i Arxé, conformarán el jurado.

A pesar de “la preocupación por la reducción de la actividad de las fundaciones catalanas” y la actitud “avara y desconfiada mostrada por las instituciones públicas” en un contexto aún sin Ley de Mecenazgo, según Duarte, el 2015 generará gran actividad en la Fundación Carulla porque será el Año Ramon Llull, “un autor de la casa”, que en Barcino han ayudado a traducir al inglés, castellano o alemán, como han hecho con otros clásicos catalanes. “Mi afición ha sido el trabajo, pero no por avaricia, sino por afán de impulsar proyectos”, afirmó Lluís Carulla en 1987. Contrariamente al dicho popular, la tercera generación no dilapida y parece mantenerse fiel al espíritu.

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Sobre la firma

Carles Geli
Es periodista de la sección de Cultura en Barcelona, especializado en el sector editorial. Coordina el suplemento ‘Quadern’ del diario. Es coautor de los libros ‘Las tres vidas de Destino’, ‘Mirador, la Catalunya impossible’ y ‘El mundo según Manuel Vázquez Montalbán’. Profesor de periodismo, trabajó en ‘Diari de Barcelona’ y ‘El Periódico’.

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