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“Lo importante de un festival es la continuidad, no su presupuesto”

Fernández Manzano es director del Festival de Música Española de Cádiz desde 2003

Margot Molina
Fernández en el Centro de Documentación Musical de Andalucía.
Fernández en el Centro de Documentación Musical de Andalucía.m. zarza

Reynaldo Fernández Manzano (Granada, 1959) tiene más notas musicales en la sangre que glóbulos rojos o, al menos, eso parece. Desde que a los siete años entró en el Conservatorio de Granada para estudiar violín y piano, su trayectoria, personal y profesional, ha transitado siempre por un pentagrama. 

Director del Festival de Música Española de Cádiz, desde su creación en 2003, está también al frente del Centro de Documentación Musical de Andalucía, institución que nació en 1985 y que ha dirigido desde entonces salvo en el periodo de 1996 a 2003, cuando ocupó cargos en la Consejería de Cultura y en el Ayuntamiento de Granada. Organista profesional, es titular de la Iglesia de San Pedro y San Pablo y del Monasterio de la Concepción —ambos en Granada—, Fernández Manzano es autor de varios libros entre los que destaca De las melodías del reino nazarí de Granada a las estructuras musicales cristianas (1984). El festival, que se celebra en estas fechas porque conmemora el nacimiento de Manuel de Falla —el 23 de noviembre de 1876 en Cádiz—, ofrecerá 27 espectáculos y ocho actividades repartidos por 17 espacios de Cádiz y El Puerto de Santa María. La cita, del 20 al 29 de noviembre, está organizada por la Consejería de Educación, Cultura y Deporte y cuenta con la colaboración de otras instituciones.

Pregunta. ¿Tiene la música clásica española una personalidad propia o es similar a la del resto de Europa?

Respuesta. Eso depende de los periodos. Hay algunos que tienen un fuerte componente nacional, mientras que otros utilizan un lenguaje más universal. Por ejemplo, la música que se produjo en España en el siglo XIX y principios del XX se inspiró en la música tradicional. Granados, Albéniz, Falla, Turina y Ángel Barrios, entre otros, se inspiraron en el folclore popular.

P. ¿Y qué ocurre con los compositores actuales, siguen nutriéndose del folclore?

R. Actualmente se trata de acercamientos puntuales, no se puede hablar de una influencia generalizada. Algunos compositores de la segunda mitad del XX, como Tomás Marco o Antón García Abril, beben del flamenco en parte de su producción. Mientras que otros más jóvenes como Mauricio Sotelo, quien ha colaborado con cantaores como el desaparecido Enrique Morente o Arcángel, también se han acercado al flamenco, pero buscando su cara más innovadora. Otros, como el algecireño José María Sánchez-Verdú, se han inspirado para alguna de sus obras en la música andalusí.

P. ¿Tienen reconocimiento internacional los compositores españoles de clásica?

El flamenco y el sinfonismo conviven hoy perfectamente

R. La música clásica contemporánea no atrae al público general y necesita del apoyo institucional para estar presente en los programas. Nuestros compositores dan la talla en el panorama internacional y hay algunos muy buenos, el problema es de distribución. Los directores artísticos prefieren programar obras de los siglos XVIII y XIX; aunque en los últimos años está creciendo la afición a la música antigua, barroca y renacentista.

P. ¿Contribuye el festival a difundir el trabajo de los compositores actuales?

R. Nosotros intentamos que estén presentes todas las épocas y también otros géneros como flamenco, jazz, pop... Pero prestamos especial atención a los compositores de nuestro tiempo. Este año tenemos 23 estrenos absolutos, muchos de ellos salen del Taller de Mujeres Compositoras y de los cursos de composición de la Cátedra Manuel de Falla.

P. ¿Cree usted que en este país el flamenco le hace sombra a la música clásica?

R. Son dos géneros muy importantes que conviven perfectamente. Antes eran dos mundos separados, pero a partir de la segunda mitad del siglo XX la división comenzó a borrarse y ahora hay más aficionados a ambos. El público de la música sinfónica está cada vez más abierto a otras músicas y disfruta con ellas.

P. El festival se dispone a celebrar su 12ª edición, ¿qué ha aportado la cita a Cádiz en todos estos años?

R. Además de que los ciudadanos han podido disfrutar de música de calidad, hemos conseguido que Cádiz tenga un lugar en el panorama de la música clásica española y no solo por Falla, sino también por lo que se está haciendo en el presente. Las piezas que se estrenan en el festival o las que salen del Taller de Mujeres Compositoras han colocado a Cádiz en el mapa sinfónico nacional.

P. ¿Cuál es el sentido de los festivales en el siglo XXI?

No basta con un ciclo de conciertos, hay que hacer cosas con valor añadido

R. Un festival no puede ser solo un ciclo de conciertos de más o menos calidad; sino que tiene que ocuparse de otras cosas que le aporten valor añadido, producir al máximo. Nosotros hemos editado partituras, discos y libros que nos han permitido recuperar patrimonio; además de publicar composiciones actuales. Todos los años sacamos un disco del Taller de Mujeres Compositoras y la revista anual Música Oral del Sur + Papeles del Festival de Música Española de Cádiz.

P. Antes de la crisis, en 2008, el festival tenía un presupuesto de 360.000 euros; cantidad que ha ido reduciéndose hasta los 220.000 euros de esta edición. ¿Cómo se programa una cita de 10 días con esta cantidad?

R. El festival lo creó la Consejería de Cultura y ha mantenido su aportación [153.125 euros más el personal y la organización] a lo largo de todos estos años. El resto de las instituciones que colaboran han ido reduciendo sus ayudas o cambiándolas por aportaciones en especies. El Instituto Nacional de las Artes Escénicas y Musicales (INAEM) que el año pasado retiró su ayuda, este año ha vuelto a colaborar con 30.000 euros. Mientras que los Ayuntamientos de Cádiz y El Puerto de Santa María contribuyen prestando espacios escénicos y personal técnico. Lo importante de un festival es que tenga continuidad, no su presupuesto, y la Junta está haciendo un esfuerzo en estos años de crisis para que así sea.

P. ¿Qué le gustaría hacer si el dinero no fuese una limitación?

R. Acercarnos a lo que se hace en Latinoamérica y en África. Nosotros entendemos la música española de una forma muy amplia. Hay compositores extranjeros que se han inspirado en músicos españoles y nos gustaría contar con ellos. Ya hemos hecho algunas colaboraciones y, por ejemplo, el programa de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla que inaugura esta edición es un diálogo entre las composiciones del argentino Astor Piazzola y los sonidos barrocos de Vivaldi.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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