Arabella regresa al Liceo en un psicológico montaje de Christof Loy
La soprano Anne Schwanewilms encabeza el reparto bajo la batuta de Ralf Weikert
El 7 de enero de 1962, el Liceo estrenaba en España Arabella, la última de las seis óperas de Richard Strauss con libreto de su amigo, el novelista, Hugo von Hofmannsthal, que murió poco después de enviarle el gran monólogo de la protagonista que cierra el primer acto. Velada para la historia, pues con este título efectuaba su debú en el coliseo de la Rambla una joven soprano destinada a la gloria lírica: Montserrat Caballé. A pesar de tan prometedor estreno, esta exquisita obra ha tenido una corta carrera en el Liceo: sólo 11 representaciones, la última en 1989, con la gran Lucia Popp en el papel titular. Hoy, tras 25 años de ausencia, regresa en un montaje de la Ópera de Frankfurt firmado por el director de escena alemán Christof Loy. En el foso, sustituyendo a Antoni Ros Marbà, que debe guardar reposo tras sufrir episodios de taquiarritmia, asumirá la dirección musical el director austriaco Ralf Weikert.
Estrenado en 2009, el montaje de Loy, minimalista en la escena y preciso en el dibujo de los personajes, se mueve “entre la realidad y la abstracción” para explorar la psicología del personaje principal, la joven Arabella. “ Los dos primeros actos muestran la realidad, en un ambiente reconocible, pero en el tercer acto desaparece todo lo que ya se sabe de los personajes para adentrarnos en un espacio abstracto y neutral, a medio camino entre el pasado y el presente, en el que los personajes van penetrando, lo que nos permite analizarles mas a fondo y penetrar en su psicología, en su mundo más íntimo”, explicó Loy en la presentación del montaje, del que se ofrecerán cinco funciones hasta el 29 de noviembre.
Ambientada en la Viena de finales del siglo XIX, la trama, en el tono de sofisticada comedia lírica que tanto gustaba a Strauss y a su más fiel libretista, gira entorno a Arabella, la última carta que le queda a su padre, el conde Waldner, arruinado por sus deudas de juego, para salvarse de la bancarrota con un buen matrimonio. No faltan enredos, engaños y personajes travestidos -Zdenka, hermana de la protagonista, es obligada a hacerse pasar por chico para aliviar las cargas económicas de la familia- pero al final las dos hermanas conseguirán casarse por amor.
Como todos los grandes papeles straussianos, Arabella exige técnica impecable, belleza vocal y elegancia en el frase, cualidades que atesora la soprano alemana Anne Schwanewilms, gran especialista en este repertorio. “Arabella es una mujer adelantada a su época que sabe moverse en un ambiente nada fácil para ella. Siente la responsabilidad de salvar a su familia de la ruina a su familia con un buen matrimonio, pero es capaz de perdonar y de crecer como persona sin traicionar sus sentimientos”, explica.
Con el papel de Zdenka, vuelve al Liceo la soprano valenciana Ofèlia Sala, una de las grandes bazas de un notable reparto en el que el resto de personajes importantes corre a cargo de voces alemanas; el barítono Michael Volle y el tenor Will Hartmann encarnan, respectivamente a Mandryka y Matteo, mientras que la mezzosoprano Doris Soffel y el bajo Alfred Reitel interpretan al conde Waldner y su esposa.
Partitura de gran refinamiento, lo exige todo a las voces y a la orquesta. Es una obra especialmente difícil de interpretar, compleja y muy exigente para la orquesta y para los cantantes, pero tenemos suerte: la orquesta está trabajando a fondo y no puedo imaginar un reparto mejor que este que tenemos en el Liceo”, asegura Weikert, que debutó en el coliseo lírico barcelonés en 1982 dirigiendo un montaje de Giulio Cesare, de Händel, con Montserrat Caballé y Justino Díaz. Entre sus grandes noches liceistas, todas en la década de los ochenta, figuran también Falstaff, con Joan Pons, y Carmen, con Agnes Baltsa y Josep Carreras.
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