Los padres del joven que se cayó en el Puente Colgante piden más mejoras
Cuatro años después, siguen poniendo en duda la seguridad de las barreras de contención
Han pasado cuatro años de ese 8 de septiembre de 2010 en el que el joven de 22 años Mikel Uriarte falleció al caer a la Ría por la barquilla del Puente Colgante. La gravedad y atención del accidente llevó a mejorar la seguridad del mítico monumento portugalujo, pero, como recuerdan sus padres en una nota enviada a los medios, la barrera de contención de los coches sigue sin cumplir las condiciones de la normativa europea.
Los padres del fallecido se han reunido este martes con el presidente de la Autoridad Portuaria, Asier Atutxa, para agradecerle las "recientes mejoras" y recordarle las que quedan por hacer. En el lado positivo, los padres, que se querellaron en su día contra la empresa a través de una fundación a nombre de su hijo, apuntan que las reuniones han servido para colocar señales de limitación de velocidad; badenes que evitan que los coches entren con velocidad excesiva y luces rojas en las barquillas, además de arreglar las goteras.
Los portavoces destacan que han sido "fructíferas" y que les han recibido con "amabilidad", pero también subrayan todavía los problemas con las barreras de contención instaladas para evitar que los coches entren y salgan de la barquilla, y que no se fijan a la propia barca, "lo que provoca que al menor contacto se abra y pueda provocar la caída de vehículos, objetos o personas". Además de este importante cambio, aseguran que la asociación ha recibido correos electrónicos quejándose que el suelo de la zona de peatones es resbaladizo. Atutxa ha manifestado que estudiará las propuestas.
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