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Un hombre confiesa que mató a una amiga porque llamó “puta” a su madre

El cadáver fue hallado por unos buscadores de setas en Llagostera en noviembre de 2009

Jindrich Cermak, de 46 años y de origen checo y acusado de haber matado en junio de 2011 a una amiga con la que buscaban comida en contenedores, ha reconocido que la mató y ha explicado que lo hizo porqué llamó a su madre “puta de 30 euros”. La asfixió con una cuerda, la metió en una alfombra y la tiró en un bosque de Llagostera. Cinco meses después unos buscadores de setas encontraron el cadáver. La Audiencia de Girona ha empezado a juzgar hoy por el sistema de jurado popular a Jindrich Cermak.

El fiscal ha solicitado para Cermak una pena de 17 años y medio de cárcel por un delito de asesinato con la atenuante de confesión. Sin embargo ha apuntado la posibilidad de rebajar la petición de pena hasta los 10 años, aplicando una atenuante muy cualificada, porque la confesión fue crucial para la resolución del caso. Por su parte la defensa, que ha solicitado la absolución, se ha mostrado dispuesta a adherirse a la petición de la fiscalía.

El juicio que se celebra en la sección tercera de la Audiencia, ha empezado esta mañana con la elección de los nueve miembros del jurado y ha seguido a primera hora de la tarde con la declaración del asesino confeso. Cermak ha explicado que él y la víctima, Carolina Julià, de 77 años, se conocieron en 2006 y cogieron confianza, ya que se dedicaban a la búsqueda conjunta de comida por los contenedores de Castell-Platja d’Aro, para después venderla a terceros.

Según el procesado, en 2008 ya tuvieron un primer conflicto cuando la víctima insultó a su madre diciéndole que era “una puta de 30 euros”, y se dejaron de hablar durante un tiempo. Poco después se perdonaron. Sin que supiera porqué, ha relatado como el 20 de junio de 2011 volvió “a faltar al respeto” a su madre y la volvió a calificar de puta. En esta ocasión ha dicho “haber perdido la paciencia”, sin embargo ha asegurado no tener planeado matarla. Después del insulto, el acusado se ofreció a llevarla a su casa en su furgoneta, pero le dijo que antes pasarían a dar de comer a los perros que tenía en una zona boscosa de Llagostera. Y pararon a la altura del kilómetro 2 de la carretera de Llagostera a Tossa de Mar. Según ha mantenido Cermak, no fue hasta abrir el maletero, cuando vio una alfombra y una cuerda que pensó en matarla.

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