Un concierto con 300 cantantes

Sobre el escenario, una guitarra y dos micrófonos: uno para el artista y otro para quien se animara a serlo durante los tres minutos que dura una canción. “Creo que es la primera vez en la historia de la música que se organiza un concierto con un guitarrista y cientos de cantantes”, bromeaba Íñigo Coppel al comenzar. El cantautor interpretó en el auditorio de CaixaForum Madrid los 15 temas elegidos por los lectores de EL PAÍS entre los 24 discos que componen la colección EL PAÍS DE MÚSICA, un repaso a medio siglo de canciones en español.

El concierto, en acústico, arrancó este sábado mediodía con Resistiré. En el segundo tema, Maneras de vivir, ya habían comenzado a dar palmas los 300 asistentes y al quinto, el primer espontáneo había saltado al escenario para versionar con Coppel los 19 días y 500 noches de Sabina. Estaba siendo una de las canciones más coreadas de la mañana hasta que sonaron los primeros acordes de La chica de ayer o hasta que a mitad del concierto, Coppel enmudeció para dejar que el público se hiciera con Hoy no me puedo levantar.

“Esa es la prueba de fuego de una canción, cuando puedes tocarla simplemente con una guitarra y que todo el mundo se anime a cantar”, cuenta Coppel. El artista ya había recorrido las calles de Madrid, Barcelona, Sevilla y Valencia, guitarra en mano, para invitar a la gente a cantar con él algunos de los temas incluidos en la colección. Por eso quiso cerrar el concierto con la melodía que nunca le falla: “Volando voy, de Kiko Veneno. Cuando grabamos los vídeos en la calle, siempre se arrancaban al escucharla”. Y aunque estaba “encantado” con la selección de los lectores, se le quedaron dos joyas en el tintero: “Burbujas de amor y ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?, que la tenía preparada por si acaso”.

En las butacas, mucho veterano, pero también adolescentes y niños, en un recital de casi hora y media, cuya organización contó con la colaboración de Coca Cola. Algunos escucharon ayer por primera vez letras y acordes que están ya en la banda sonora de sus padres. Como Felipe y Almudena, que se acercaron con sus dos hijos pequeños. “Con Sabina se me pasó por la cabeza subirme al escenario a cantar, pero me pudo la vergüenza”, decía él a la salida. La cita se repetirá el próximo sábado, también a mediodía, en CaixaForum Barcelona.