De tapas teatrales
Best of BE trae un picoteo del festival BE de Birmingham, que crearon dos madrileños
En 2010, dos madrileños, Isla Aguilar y Miguel Oyarzun (junto con el británico Mike Tweddle), crearon un festival de teatro alternativo en Birmingham, donde residían. Comenzaron de manera muy modesta, en una vieja fábrica, y recibiendo 60 propuestas teatrales de las que programaron unas 15. Su objetivo era reunir un muestrario de lo último que se hace en las artes escénicas europeas y acercarlo al público local.
Para lograr esa implicación, seña de identidad del evento, se aloja a los artistas en las casas de locales que se presten a ello y las comidas son colectivas. Hoy el Birmingham European Festival (BE Festival) ha crecido y ha asentado, y en su última edición encontraron en su buzón unas 600 propuestas de las que programaron (esto no ha crecido tanto) una veintena. Y traen tres a Madrid, por segundo año, dentro de la muestra Best of BE, que se puede ver hasta el domingo en Matadero. “Son tres espectáculos que fueron favoritos del público y del jurado en la última edición, el pasado julio”, explica Aguilar, “nuestra intención es cruzar fronteras culturales y lingüísticas y mostrar lo que está pasando en el panorama internacional”.
El espectáculo consiste en tres piezas, de menos de 30 minutos cada una, en la que se encuentra la húngara From the waltz to the mambo, un solo de danza de Milán Ujvari donde documenta la diferencia en la forma de enseñar la danza en su país con los cambios políticos entre el socialismo y el capitalismo. Loops & breaks, de la austriaca Julia Schwarzbach, es una obra en la que el público se ve implicado abriendo sobres en los que encuentran instrucciones con las que interactuar con la actriz. Y Waiting, del belga-iraquí Mokhallad Rasem, es una pieza performático-audiovisual que trata sobre la espera: ya sea esperar el autobús, un beso, un visado, o un futuro incierto. Además de Madrid la gira visita otras 15 ciudades, de España y Reino Unido.
En mitad de los espectáculos, y a manera de recordatorio del ambiente abierto y participativo del festival, habrá cañas y tapas para que artistas y público cambien impresiones, y al final un coloquio informal. "Hay mucha gente, incluso en mi misma familia, que tiene reticencia a asistir a espectáculos de teatro contemporáneo, y queremos acercárselo a esa gente", dice Oyarzun, "nosotros traemos aquí una muestra variada que va desde la diversión, hasta la sorpresa o la reflexión, para todos los públicos. El formato corto de las piezas hace que sea como irse de tapas teatrales".
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