Las otras majas desnudas
Una exposición explora la influencia de Goya en obras de Sorolla, Pinazo o Picasso
Goya estableció un importante paradigma en la pintura española con sus cuadros La maja desnuda y La maja vestida. Creó escuela y fueron numerosos los artistas que se inspiraron en ambas obras que, por otra parte, bebían de una larga tradición que pasa por Tiziano o Velázquez y se remonta a las figuras femeninas reclinadas o tumbadas de representaciones neolíticas.
Joaquín Sorolla, Pablo Picasso, Ignacio Pinazo, Julio Romero de Torres, Antonio Muñoz Degraín, Raimundo Madrazo, Francesc Masriera, Julio González y Hermen Anglada-Camarasa, entre otros, retrataron a mujeres en esa misma posición o muy parecida. Y algunos de esas obras se exhiben desde este miércoles y hasta el 11 de enero en el Centre Cultural de Bancaja en Valencia en la exposición Herederas de las Majas de Goya. Pintura española del cambio de siglo XIX-XX.
Cincuenta óleos, grabados, dibujos y esculturas reflejan la influencia de las conocidas figuras goyescas. La lectura de la muestra pretende ir más allá del concepto de "objetos sexuales" y del uso de "adjetivos significativamente negativos como mujeres echadas o postradas, que se usa frecuentemente para describir este tipo de obras desde que Bram Dijkstra publicara su obra, ya clásica, Ídolos de perversidad", explica en el catálogo la comisaria Isabel Justo.
La también investigadora de la Institución Joaquín Sorolla apunta que Dijkstra escribió su libro en los años sesenta en el fragor del movimiento feminista, gracias al cual se alcanzaron logros sociales en busca de la igualdad, según reconoce. Pero está interesada en otro discurso, "que parta de una situación más equilibrada, donde la discriminación positiva no sea la que marque el itinerario". Por ejemplo, Justo propone un "análisis conjunto de la imagen de la mujer con el hombre en la misma época". Y recuerda también que desde un punto de vista técnico la postura horizontal ha sido utilizada por los escultores simplemente para ganar estabilidad.
La muestra proyecta también un vídeo en el que se indaga en la representación de la mujer y también del hombre a través del tiempo. En este sentido, el recorrido expositivo reserva también un pequeño espacio titulado La figura masculina reclinada que pretende dar otro punto de vista del lugar común del objeto sexual.
La muestra se articula en seis bloques y revisa las obras que estos artistas dedicaron a la mujer tendida como modelo pictórico en escenas de diosas mitológicas, castizas desnudas con teja y mantilla, como pastoras o modelos reclinadas con tintes bohemios.
El primer grupo de obras, dedicada a nereidas, venus y majas, las muestra tendidas y otro, que sigue el modelo de La noche, de Miguel Ángel, y Danae, de Tiziano, las exhibe con las rodillas recogidas, mientras que el tercer bloque aglutina obras de mujeres de espaldas.
También se exhiben lienzos con mujeres desfallecidas o difuntas que muestran la visión frágil de la feminidad, y en un quinto bloque, obras dedicadas al hombre, que permiten analizar conjuntamente la representación pictórica femenina y masculina en la misma época.
Picasso
En la presentación, Justo resaltó que la muestra se completa con un anexo con ocho grabados de la Suite de Vollard, de Pablo Picasso, en los que figuras femeninas y masculinas aparecen tumbadas y desnudas, con dos inéditos (Albada con hombre tocando la armónica y Mujer acostada con guitarrista, de 1959), que suponen "una exposición dentro de la exposición".
Además de los fondos de la Fundación Bancaja, se suman obras de los museos del Prado, Bellas Artes de Valencia, IVAM, Sorolla, Pinazo, González Martí, Carmen Thyssen de Málaga y Carmen Thyssen-Bornemisza Collection, la Fundación Manuel Benedito, la colección BBVA, Fundación AMYC-Fran Daurel y de la Diputación de Valencia.
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