¿Cuántos discos ha publicado tu grupo favorito?
Cuatro jóvenes idean una aplicación a modo de Trivial del pop que permite competir en conocimientos musicales desde el móvil
¿Cuántos discos ha publicado tu grupo favorito? ¿Quién los ha producido? ¿A qué álbum o single pertenece ese recóndito tema que nunca tocan en directo y del que casi nadie se acuerda? ¿Cuál fue su última gira por España? ¿Y cuál es su trabajo más vendido?
Cualquiera que se dedique en surfear por las redes sociales se dará cuenta del elevado porcentaje de tiempo que un usuario medio emplea en compartir contenidos sobre música pop y rock. Las redes son un buen termómetro para testar hasta qué punto bullen los conocimientos musicales de quienes se dedican a compartir clips, comentar el último concierto que han visto o, simplemente, glosar la discografía de sus músicos preferidos. Conjugando cultura musical con ocio (lo que, para estos casos, viene a ser lo mismo), cuatro jóvenes valencianos llevan meses difundiendo una aplicación que permite competir en conocimientos musicales contra una amplia base de datos o, directamente, contra cualquier otro usuario. Y no es extraño que el receptáculo principal de este juego, concebido al modo de una suerte de Trivial sobre música pop, sea el teléfono móvil: el acceso a internet desde los dispositivos móviles ya supera al que se origina desde los PC’s, por primera vez en España, en una progresión que va en aumento.
Como suele pasar en esta clase de proyectos, todo comenzó como un simple pasatiempo, para acabar perfilándose como un negocio al que sus creadores dedican ahora prácticamente la jornada entera: “Como hobby, por las tardes, empecé a replicar ese juego y le vi potencial para enfocarlo a los fans, y así fue como fue creciendo hasta el momento en que pudimos constituir la empresa”, comenta el ingeniero informático Juan García, uno de sus instigadores, junto a los también ingenieros Javier Campos y Rubén Blanco (éste de Telecomunicaciones) y Carlos Bonías, licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas. Así nació Musicness.
Su principal activo es aprovechar el componente pasional que siempre entraña el fenómeno fan para incentivar esa competitividad a la que cualquier buen aficionado se ha visto abocado más de una vez. En la aplicación se formulan preguntas de todo tipo y sobre los aspectos más insospechados. Esta catarata compulsiva de información, que puede conducir al delirio más obsesivo, pone a prueba los conocimientos del melómano más entusiasta. Y para ello sólo tiene que suscribirse (el registro básico es gratuito) a Musicness y elegir un puñado de músicos sobre los que orbitará la competición.
Juan García reconoce que tampoco disponían de un modelo claro: “En el primer Ipod había un juego que era como el Trivial pero cogía música de tu propia biblioteca, y por ahí vi que le faltaba algo, ya que solo se podía jugar con la música que uno tiene en su Ipod, y algún otro juego similar: todo estaba muy centrado en el pop comercial, y yo soy más de rock y similares, con lo que me era difícil encontrar esos grupos”. La camiseta de Offspring que luce el día de la entrevista da fe sobre esta última afirmación.
Su compañero Carlos Bonías explica que la difusión de la aplicación, plenamente operativa desde la primavera pasada, está siendo tan rápida que ya cuentan con “32.300 usuarios, de los cuales hay un 70% en España y un 30% repartido por Latinoamérica, en donde el fenómeno fan es incluso más fuerte”. De hecho, su implantación responde a un perfil diverso, aunque generalmente agrupado en torno a perfiles bastante polarizados. “Los que más mueven la aplicación son la gente más joven, muchos de ellos son los que siguen a grupos adolescentes como Auryn, One Direction o Justin Bieber”, comenta Juan García sobre su usuario medio. No obstante, incide en que “también hay gente que profesa su gusto por el rock y el metal, por aquello de que son fans de grupos míticos; nos vamos dando cuenta de que es una cosa que funciona por extremos”.
La financiación de Musicness, en todo caso, comporta que la aplicación entable sinergias con otros agentes del mercado, en estos momentos tan remisos a dejar de tentarse los machos. “Los ingresos llegan, por un lado, a base de micropagos, de uno o dos euros, que es la parte más básica” comenta García. Detalla que la otra fuente de ingresos recae en “el hecho de que la aplicación permite comprar los álbumes a través de Itunes, también mediante un sistema de afiliación según el cual enviamos avisos a los usuarios sobre la venta de entradas para algunos festivales y conciertos de sus bandas favoritas, y de ahí nos llevamos un porcentaje”.
El principal valor añadido de la aplicación reside ahí, al margen de su componente lúdico: en generar un caudal de información que envía notificaciones a los usuarios sobre asuntos como “el día en el que sale el álbum de un grupo que les interese o el anuncio de una próxima fecha en su ciudad o país, o el próximo festival cercano en el que van a actuar, y de forma instantánea”, lo que siempre puede suponer un importante factor de fidelización.
Tampoco es desdeñable la capacidad de Musicness como fuente acumuladora de información sobre el perfil y los gustos de la base de fans de cada una de las bandas sobre cuyos datos se puede competir, algo que incluso podría suponer una suerte de prospección de mercado para las compañías discográficas y promotoras. “Esperamos que crezca la aplicación y que las discográficas se den cuenta de que les puede ser de mucha utilidad una base de datos como la que podemos almacenar nosotros, con pautas acerca de cuáles son las preferencias de los fans de sus grupos”. No sería extraño, ya que el consumo de música pop se vive, cada vez más, a un solo click en minúsculas pantallas táctiles. Es el signo de los tiempos, y algunos no están dispuestos a dejarlo pasar de largo.
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