Los partidos soberanistas encaran la semana clave para el futuro del 9-N
Junqueras evita replicar a Mas y se muestra dispuesto a mantener la unidad de la consulta
Los partidos soberanistas intentarán entre hoy y este martes aclarar el desenlace de la consulta secesionista del 9 de noviembre. Desde que el referéndum fue suspendido por el Tribunal Constitucional, el Gobierno catalán ha incumplido su propio decreto de convocatoria y la votación está envuelta en el suspense. Artur Mas hizo este domingo una proclama para salvar la consulta y pidió a sus socios, especialmente a ERC, que no caigan en el partidismo ni se confundan de “adversario”, que identificó con el Estado. Pero el embrollo es mucho más profundo porque Mas ni siquiera ha publicado en el plazo el censo electoral en el Diari Oficial de la Generalitat (DOG). Esta semana es clave porque fue el propio Francesc Homs, consejero de la Presidencia, quien anticipó que entre mañana y el miércoles se conocería la suerte del 9-N.
Es evidente que podemos votar el 9-N y lo tenemos que intentar”, afirma el líder de Esquerra
El Gobierno catalán da por hecho que la consulta, tal y como estaba concebida, no puede hacerse: no hay censo ni tampoco se publicó ayer la relación de locales que deberían alojar los colegios electorales. El Ejecutivo de Mas ya avisó de que no podría en riesgo a los funcionarios porque podrían incurrir en un delito de desobediencia. La Delegación del Gobierno envió hace seis días una carta a los secretarios e interventores municipales recordándoles que tienen la obligación de acatar la suspensión del Alto Tribunal. Todo ello no impide que Mas quiera seguir adelante aunque para driblar al Constitucional recurra a artículos de la Ley de Consultas no suspendidos y que detallan los procesos de participación ciudadana. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaria, ya avisó de que impugnaría esa alternativa.
Mas está en un atolladero porque ERC —también la CUP— exige desobediencia. Y Unió e Iniciativa no quieren que el 9-N se convierta en un sucedáneo de referéndum. Los ecosocialistas defienden votar pero no a cualquier precio. En esta tesitura, Oriol Junqueras (ERC) intentó calmar las aguas asegurando que todos los socios trabajaran para cumplir su compromiso. “Hay motivos para la preocupación y para la esperanza. Es evidente que podemos votar el 9-N y lo tenemos que intentar”, dijo. La cuestión es que nadie quiere tampoco pagar la factura de ser el primero en romper la cohesión. Mas aspira a un difícil equilibrio: que la respuesta sea conjunta de la misma forma que todos pactaron en 2013 la fecha del 9-N y el contenido de la pregunta. PSC, PP y Ciutadans dan por seguras las elecciones anticipadas en febrero o marzo.
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