Energías positivas

Con la moral en alto tras su debut en el Festival de Música de Bratislava —triunfaron el 1 de octubre con Juan Manuel Cañizares como solista del Concierto de Aranjez— la OBC ha abierto con energías renovadas su nueva temporada, la última con Pablo González como titular. Abrieron el programa con el Poema del éxtasis, orgía sonora de colores, luces y fuerza espiritual con la que Alexander Scriabin mostraba su concepción de la música como experiencia mística. Página grandiosa de un autor que llevaba sus intuiciones y experiencias con la numerología y la sinestesia a la paleta orquestal. Música para excitar todos los sentidos que fue bien defendida por González y la OBC, aunque podría haber causado más impacto en un programa mejor diseñado, porque colocarlo antes del Concierto para violín de Chaikovski no fue buena idea; son dos grandes obras de estéticas distantes que no encajan bien.

Tras un inicio tan exuberante, llegó el concierto de Chaikovski. Lo tocó bien el violinista austriaco Benjamin Schmid, pero eso no basta en un concierto de estremecedor virtuosismo. Y menos cuando hace pocos meses Janine Jansen obtuvo un éxito apoteósico tocando este célebre concierto en la misma sala y con la misma orquesta. Como las comparaciones siempre son odiosas, podían haberlas evitado con solo cambiar de partitura en lugar de repetirla tan pronto.

La respuesta de la OBC fue muy superior en Así habló Zaratustra, op. 30. González dirigió el espectacular poema sinfónico de Richard Strauss con elocuente pulso narrativo, nobleza en el fraseo y firme sentido de la arquitectura straussiana. Y la formación barcelonesa ofreció un sonido más cálido, con mayor relieve en las cuerdas graves y momentos de brillantez. Quedan por pulir muchos aspectos —faltó precisión y transparencia en las transiciones—, pero el potencial que tiene esta orquesta permite afrontar retos de futuro con optimismo.

Las buenas intenciones en el inicio del curso vienen acompañadas por esperanzadoras noticias, como ese aumento del número de abonados respecto a la temporada anterior (de 6.913 a 7.052) que frena la pérdida de público de los últimos años, aunque al diversificarse los abonos, el ingreso es algo menor, de 1,6 millones de la anterior temporada a 1,5 de la actual. Y los nuevos aires en busca de mayor complicidad con el público se hicieron visibles en la fiesta musical que prolongó la velada en el patio situado tras el foyer con las buenas vibraciones de Revisiting Zarathustra, una excitante lectura en clave jazzística del poema straussiano a cargo del estupendo sexteto liderado por el batería y compositor Joan Vidal.