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Culto pagano al arte religioso

Los hermanos De Dios reinventan, desacralizada, la capilla del Santo Cristo ourensano El Museo Municipal acoge hasta final de mes su exposición 'San Antón nas Panateneas. De Religione Cómic 2'

Los hermanos De Dios, en su instalación en Ourense.
Los hermanos De Dios, en su instalación en Ourense.NACHO GÓMEZ

Los hermanos De Dios (Xan y Xosé Lois) no hablan de sí mismos. Y mucho menos, de su trabajo artístico. Acuden a regañadientes a los actos oficiales de las presentaciones de sus obras y -en el caso, poco probable, de que se queden en ese océano de boato institucional que los aclama- procuran pasar inadvertidos. ¿Para qué decir nada? Sus creaciones tienen una elocuencia arrolladora. Tanto, que en la que ahora tienen abierta en el Museo Municipal de Ourense, San Antón nas Panateneas. De Religione Cómic 2, se hace prácticamente imprescindible un manual de estilo para no perderse en el laberinto de subordinadas, de elipsis, de paralelismos o de anáforas con las que sus instalaciones y dibujos envuelven al visitante; ese impactante mundo personal y universal construido por un licenciado en Historia Antigua, profesor de Filosofía y políglota (Xosé Lois) y un profesor de Tecnología y armador de materiales (Xan): la conjunción del pensamiento tendente a lo analítico del último poniendo coto a las derivas intelectuales del hermano, en opinión de sus más próximos.

Hace ya más de medio año que los De Dios vaciaron la capilla barroca del Santo Cristo de la Catedral de Ourense, una de las “tres maravillas” de la ciudad, y acarrearon con la magna obra en sus cabezas para desmontarla por completo en ellas y reconstruirla -deconstruirla- después en el taller. La volcaron para reinventarla desacralizada y otra sin que dejara de ser la misma. Esto es, le devolvieron, durante medio año de trabajo, la esencia pagana, ese poso sobre el que se levantó el arte sacro hasta cubrirlo todo.

La instalación de los hermanos De Dios ocupa desde comienzos de mes 300 metros cuadrados distribuidos en dos plantas del Museo Municipal ourensano. Una explosión barroca abierta en canal hasta hacerle enseñar las tripas del románico que Xan y Xosé Lois de Dios buscaban en su interior y que ahora exponen a lo largo de 800 láminas distribuidas por las paredes a modo de friso y cerca de medio centenar de vinilos. Todo a base de pincel y rotulador.

A la minuciosa labor de dibujo, los hermanos suman una fotoescultura de uno de ellos (Xosé Lois) que en realidad quiere ser la fotoescultura del famoso Cristo ourensano al que la leyenda y la devoción popular atribuyen el milagro diario del crecimiento milimétrico de su pelo y uñas postizos.

“San Antón nas Panateneas. De Religione Comic 2”, incluye la recreación de la capilla, en la planta baja (la misma sensación de penumbra abigarrada que en la original, en la Catedral) y un fresco a través de las 800 pinturas que recorren las paredes. La exposición se completa con los vinilos de inspiración pop esparcidos por el suelo del museo y con la instalación de la fotoescultura.

En la planta superior, los hermanos vuelven a inmiscuirse en su obra formando parte de una instalación que mezcla mobiliario, libros, guiños a la literatura gallega y a autores contemporáneos como Méndez Ferrín. En una esquina de ese piso, Xan de Dios acude puntualmente a pintar su versión de “El hijo pródigo” –del padre que perdona, del Dios que ampara- a partir del cuadro de Rembrandt.

Los hermanos no comentan su obra. Sus amigos la explican emocionados: esa evolución del pensamiento (religioso), y su equivalencia artística, que va “desde la radicalidad que precedió al imperio cristiano-medieval a la esencia del vanguardismo pasando por las contradicciones del Renacimiento y el surgimiento del arte burgués y los ilustradores malditos y el libertinaje (antes de Sade y con Sade)”.

Y todo, a través de un minucioso trabajo de decapado de la historia hasta llegar al origen que no es otro que el mismo final: la paganización de lo sacro con el que los dos autores complementarios intentan mostrar la pasión del tallista orfebre al mismo tiempo que cuestionar las motivaciones del culto religioso; la provocación de unos artistas que con tintas actuales y técnicas antiguas rinden un homenaje no católico a la historia del arte religioso a partir de la muy ourensanísima capilla del Santo Cristo.

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