El nuevo director pretende abrir el IVAM a universidades y colectivos
Cortés planea potenciar la colección y hacer menos muestras pero más trabajadas
El Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) inicia esta semana una etapa decisiva en su trayectoria con la llegada de su nuevo director, José Miguel García Cortés. El museo se juega continuar con su deriva hacia la intrascendencia en el ámbito artístico y cultural, en la que navegó en los últimos y polémicos años de su singladura, o recuperar el crédito ganado con el rigor y el atractivo de sus propuestas, que le llevaron a atesorar una de las colecciones más importantes de arte moderno y contemporáneo de España.
Este lunes, el consejo rector del IVAM aprobará la designación de Cortés por un periodo de seis años, según estipula el concurso que la Generalitat convocó en mayo para intentar cambiar el rumbo del centro y del que resultó vencedor este profesor valenciano de la Facultad de Bellas Artes de Valencia, de 59 años. El proyecto que presentó, su conocimiento de la realidad valenciana y su destacada experiencia al frente del Espai d’Art Contemporani de Castelló inclinaron el fiel de la balanza, según fuentes del jurado. Sobre todo se valoró su plan realista y no falto de ambición, que gira en torno a la puesta en valor, la dinamización y exhibición de los fondos del museo.
El IVAM dispone para este año de la mitad del presupuesto de hace cinco ejercicios, en torno a 5,5 millones de euros (el Museo Reina Sofía tiene 33 millones y el del Museo d’Art Contemporani de Barcelona, unos 10 millones), la mayor parte destinado a pagar su plantilla. El margen de maniobra del instituto, en consecuencia, es mínimo a la hora de producir exposiciones, pagar los seguros del transporte de obras de artistas consagrados o adquirir más fondos. Por ello y por su valor intrínseco se impone sacar el mayor partido de su colección, un aspecto en que coincidían la mayoría de los 15 candidatos que se presentaron al concurso.
El plan del nuevo director contempla la exhibición permanente de estos fondos, que superan las 10.000 piezas, en las salas 3 y 4, mediante exposiciones con presentaciones distintas que destaquen y discriminen determinados aspectos de los mismos. El propósito es ofrecer una visión del arte del siglo XX y XXI a partir del IVAM, según esas fuentes conocedoras de la propuesta.
Los ricos fondos del museo se exhibirán de manera permanente
En este sentido, se pretende establecer vínculos con museos e instituciones que posean colecciones y líneas de investigación que enriquezcan y complementen el discurso artístico del museo, especialmente potente entre los años 20 y 60 del pasado siglo. La idea es subrayar la propia especificidad del museo. Para ello, se pretende constituir un foco de investigación desarrollando una red de complicidades con entidades de todo tipo, con especial atención al entorno mediterráneo.
La conformación de un centro vivo de arte y cultural de alto nivel pero abierto a toda la ciudadanía pasa por la complicidad con todo tipo de agentes sociales, desde las universidades, a las escuelas, pasando por los colegios profesionales y múltiples colectivos, con especial atención al mundo académico. La apertura del museo a la sociedad es una de las claves del plan, según las mismas fuentes, que subrayan el propósito de recuperar el prestigio del IVAM entre la ciudadanía.
Se reducirá notablemente el número de exposiciones temporales y se apostará por muestras más trabajadas que sean fruto de una investigación artística y que permitan obtener un rendimiento cultural y pedagógico. En su plan, Cortés da gran importancia a los talleres didácticos, como ya quedó patente en el Espai d’Art, del que fue nombrado responsable por la exdirectora del IVAM, Consuelo Ciscar, cuando ejercía de directora general en la Consejería de Cultura. Precisamente, uno de los retos a los que se enfrenta Cortés es demostrar su independencia en la gestión, como exigió en Castellón
En busca del rigor perdido
Uno de los aspectos sobre el que incide el plan de José Miguel G. Cortés es la apertura del IVAM a distintos colectivos sociales e instituciones y la recuperación de su centralidad como referente artístico y cultural de la ciudad, según fuentes del jurado. Instituciones y colectivos, algunos de ellos directamente vinculados al arte moderno y contemporáneo, han dado la espalda al museo, bien por falta de interés por sus propuestas, bien porque no se contaba con ellos.
También se pide rigor en el funcionamiento. Con la excusa de la falta de presupuesto, se han ofrecido exposiciones en el museo sólo porque el creador estaba dispuesto a pagar por su organización, incluida la edición del catálogo, al margen de su interés artístico. Se han aceptado donaciones con un valor muy cuestionable para el museo, pero que engrosan las cuentas oficiales. Como las increíbles cifras de visitantes ofrecidas (una estimación no basada en la venta o reparto de entradas) que posibilitan que aparezca el IVAM como el sexto museo de arte contemporáneo con mayor afluencia del mundo. El pasado año obtuvo 1,1 millones de visitantes, una cifra que se compadece muy mal con los 34.613 euros recaudados por la venta de entradas en 2013, según acaba de publicar la Cuenta General de la Generalitat.
El programa expositivo y la forma de gestionar de la anterior directora del IVAM, Consuelo Ciscar, protagonista de la etapa más polémica del museo, ha sido objeto de numerosas críticas. La convocatoria por primera vez de un concurso internacional para elegir al nuevo director buscaba también dejar atrás esa etapa. Al final, el jurado ha optado por un profesional valenciano que ha colaborado con la Generalitat y Ciscar en el Espai de Castellón y con proyectos expositivos.
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