Las pugnas internas lastran a Besteiro tras un año al frente del PSdeG
Francisco Caamaño convoca primarias en A Coruña y renuncia a presentarse Fuera de su provincia Besteiro no encuentra adhesiones férreas
Un año después del rotundo triunfo de José Ramón Gómez Besteiro en las elecciones primarias que le lanzaron a la secretaría general, el PSdeG dista mucho de ser una organización pacificada. Pese a la amenaza del magma que está creciendo a su izquierda, los socialistas gallegos siguen en buena medida ensimismados en batallas internas, como admiten destacados dirigentes. En su primer año al frente del partido, los conflictos domésticos han copado la agenda de Besteiro en detrimento de la política de oposición al Gobierno de Feijóo. Y de puertas adentro transmiten la sensación de que el secretario general no ha logrado afianzar todas las riendas del poder orgánico.
La última, y la más encarnizada, de esas batallas, se dirime en A Coruña, donde el secretario provincial, Francisco Caamaño, anunció ayer la convocatoria de primarias para elegir dirección, al tiempo que renunciaba a presentarse a otro mandato. El anuncio de Caamaño se produjo tras alcanzar un acuerdo con Besteiro, quien en los últimos días amenazaba con solicitar a la ejecutiva federal que destituyese a la dirección coruñesa para nombrar una gestora. Tras dos meses rehuyéndole, el secretario general llamó al exministro de Justicia y se reunió ayer con él. Aceptó la propuesta de primarias que había lanzado Caamaño en julio, según reveló este último, quien garantizó al secretario general que él no se presentará. Seguirá al frente de la organización hasta las elecciones internas, de momento sin fecha.
La crisis de A Coruña es uno de esos episodios casi indescifrables fuera del partido que siguen agitando cada poco al PSdeG. Estalló por un asunto casi intrascedente, la elección en julio de delegados al congreso federal del PSOE que se iba limitar a aplaudir al flamante vencedor de las primarias, Pedro Sánchez. Caamaño alega que tenía una lista pactada con todos los sectores, pero que, en el último momento, se rompió con la intervención de la ejecutiva gallega para dejar fuera del congreso a los fieles al exministro. Caamaño no olvidó ayer mencionar esa herida: “Fue una maniobra insólita e improcedente, con el apoyo de miembros de la ejecutiva gallega”.
En julio, el exministro había sido mucho más contundente y calificó lo sucedido, ante el comité provincial, de “golpe de Estado”. Después anunció que su propósito era saldar el conflicto con unas primarias provinciales. A Caamaño se le rebelaron agrupaciones importantes como las de A Coruña y Santiago, que empezaron a lanzar la idea de destituirle para crear una gestora. En la reunión de la ejecutiva gallega del lunes, algunos dirigentes volvieron a pedir la intervención del partido en A Coruña. No se tomó ningún acuerdo al respecto, aunque Besteiro anunció que enviaría un informe a Ferraz y dio a entender que en él reclamaría la disolución de la ejecutiva coruñesa.
En el partido son muchos los que atribuyen a Besteiro una forma de actuar que comparan con la de Rajoy: dejar que los problemas se solucionen con el paso del tiempo. Su entorno lo achaca a un empeño en buscar la conciliación y no enconar más las peleas. Fuentes próximas a Caamaño aseguran que en los dos últimos meses el secretario general no había respondido ni a sus llamadas telefónicas ni a dos cartas. Solo hablaron el pasado lunes en la ejecutiva, delante de los demás miembros, donde Besteiro sugirió al exministro que si pretendía convocar primarias debería dimitir antes. Finalmente, el secretario general optó por renunciar a la drástica solución de la gestora y llamó a Caamaño para pactar una solución. El encargado de anunciarla fue el exministro, quien se presentó como triunfador del pulso: “Las primarias era lo que pedíamos desde el primer momento”.
Aunque el conflicto quede desactivado por el momento, las primarias coruñesas condenan a Besteiro a sobrellevar otra batalla entre los suyos a muy pocos meses de las municipales. Una pugna que se solapará con las elecciones internas para los candidatos de las ciudades, convocadas ya para el 30 de septiembre, y que también prometen pelea, de nuevo centrada en A Coruña, donde habrá disputa en las principales urbes. Ourense ha sido otro de los escenarios más tormentosos para el secretario general, con el virulento enfrentamiento entre los concejales de la capital provincial en medio de una avalancha de imputaciones judiciales. Las primarias pueden tener allí otro foco de tensión, con el antecesor de Besteiro, Pachi Vázquez, meditando si da el salto para optar a candidato a la alcaldía. Vázquez controla casi toda la provincia, excepto precisamente la capital.
Uno de los problemas de Besteiro para hacerse con todas las riendas del PSdeG es el peso de los aparatos provinciales. Fuera de su provincia, Lugo, no encuentra adhesiones inquebrantables. En A Coruña tiene enfrente a Caamaño, y en Ourense los hilos los maneja Vázquez. Pontevedra es protectorado del alcalde de Vigo, Abel Caballero, quien, según varios dirigentes, se ha distanciado del secretario general tras haber perdido la presencia de su mujer de confianza, Carmela Silva, en la ejecutiva federal del PSOE.
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