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Ortiz pierde su marioneta en el PSPV de Alicante

Ángel Franco pide la baja del partido antes de que lo expedienten por su implicación en Brugal

Ángel Franco (derecha) con el portavoz del PSPV en las Cortes, Antonio Torres.
Ángel Franco (derecha) con el portavoz del PSPV en las Cortes, Antonio Torres. PEPE OLIVARES

La estela política de Ángel Franco se apaga. El histórico dirigente socialista del PSPV, que durante los últimos 25 años ha estado controlando el partido en Alicante, pidió ayer su baja como militante antes de que la actual dirección lo expulsara por el contenido del informe policial del caso Brugal, que le atribuye un papel “clave” en la aprobación del Plan Rabassa a favor del empresario Enrique Ortiz.

Franco no es un militante cualquiera. Cuando quiso estuvo al mando y cuando no en la sombra. Fue diputado, secretario general local, concejal y portavoz adjunto, y luego senador. Pero su magistral habilidad fue colocar a sus adeptos en el lugar oportuno y ganar asambleas internas.

Hasta ahora, para aspirar a ser alguien en el PSPV de Alicante había que pedir permiso a Franco, como fue el caso del actual secretario local, Gabriel Echávarri. La mayoría de los candidatos a la alcaldía de Alicante contaron con su beneplácito. “Gane quien gane, siempre gana Franco”, suelen comentar militantes y empresarios.

Franco tenía buenos contactos con la cúpula socialista, y Enrique Ortiz lo sabía. El juez del caso Rabassa no ha imputado a Franco, ni por ahora le ha citado a declarar. Pero el informe de la Policía, basado en escuchas telefónicas, destapa la connivencia del empresario con el dirigente socialista. En una de estas conversaciones Ortiz hablando por teléfono con Pepe Cataluña, responsable de finanzas del PSPV, se deshacen en elogios hacia él. “Un tío sin asesores, ni concejales, ni nada, te lleva 500 tíos a una asamblea”, dijo Cataluña.

“Es el mejor político de la historia. No ha habido otro como Ángel”, contestó Ortiz. Cuando el promotor, imputado en varias de las causas del caso Brugal, tenía problemas o necesitaba algo llamaba a Franco. Y el dirigente socialista respondía. La Policía considera que fue clave la actuación de Franco para que los socialistas votaran a favor del Plan Rabassa, junto al PP, y propició una entrevista con los dirigentes de la Confederación del Segura para tratar el problema de la falta de agua en Rabassa.

Hace ahora justo seis años, al día siguiente de Sonia Castedo asumir la vara de mando, Franco y Ortiz quedan para verse el domingo en “un sitio discreto”, según el informe policial. Durante estos días la policía intercepta varias llamadas entre ambos, pero sin detallar su contenido.

Tras el congreso del PSPV en el que gana Jorge Alarte por un puñado de votos, Franco y Ortiz hablan por teléfono y “se lamentan del resultado” del cónclave en el que perdió Ximo Puig, actual secretario del PSPV.

El 15 de octubre de 2008 el PGOU de Alicante se somete a información pública, y se abre el periodo de alegaciones. Meses más tarde, en enero de 2009, el empresario pregunta a Franco por el futuro portavoz municipal, Roque Moreno “un personaje un tanto curioso”, según Franco. “Por saber si se porta bien o mal, para premiarle o castigarle”, contesta Ortiz en referencia al portavoz socialista al que pretende dar unas tarjetas para que los ediles de oposición aparcaran gratis en la avenida Alfonso El Sabio. Franco contesta: “De momento no sé, este es un tipo bastante, bastante rarito… Tendrá que demostrar también que va de algo y hace algo, todavía falta verlo”.

Moreno también dimitió como portavoz y presidente del Grupo Socialista en la Diputación de Alicante tras aparecer en las escuchas del caso Brugal.

Franco, oriundo de León, mamó la política en el sindicato UGT. Como secretario general se opuso a la convocatoria de huelga contra Felipe González el 14 de diciembre de 1988.

Franco estuvo en primera línea y supo colocar a sus peones. Todos los portavoces y candidatos a la alcaldía (salvo Etelvina Andreu y Elena Martín) contaron con su aval. Alejandro Bas, actual abogado de Enrique Ortiz, fue portavoz socialista en el Ayuntamiento en una de las múltiples crisis internas que vivió el PSPV.

Blas Bernal, candidato a la alcaldía 2003, acabó de dirigente del Hércules, propiedad de Ortiz. El informe de la Policía atribuye a Bernal la propiedad de un velero, que él admite que usó cuando estaba en el Hércules , pero asegura que no es suyo.

Por qué no pasó antes

Ángel Franco lleva años en el punto de mira de sus propios compañeros socialistas. Antes de aprobarse el Plan Rabassa, y a los pocos meses de que Pepe Blanco asumiera el cargo de secretario de Organización, un grupo de militantes se presentaron en la sede del PSOE de Ferraz con un vídeo en el que Franco supuestamente votaba dos veces en una asamblea.

"Esto no es un ejército, tú no eres mi general y yo no soy tu soldado", espetó María Dolores Marco, en una asamblea del PSPV a Franco, entonces secretario general. Otros militantes que levantaron la voz contra Franco fueron Angelita Rodríguez y Asunción Cruañes, y cuando se publicaron las primeras conversaciones comprometidas del caso Brugal algunos pidieron su cabeza, pero nadie movió ficha.

¿Por qué el partido actúa ahora con él ahora y no antes? Ésta es la pregunta del millón. Franco siempre ha tenido un gran olfato político. Y el último ejemplo fue su decidida apuesta por Pedro Sánchez como nuevo secretario general del PSOE. Pero su omnipresencia, que ha impedido la regeneración del PSPV en Alicante, ahora ya pone en riesgo la supervivencia de la organización. Ximo Puig, secretario del PSPV, decidió ayer expedientar a Franco y expulsarlo del partido. Eligió la fórmula de la “deslealtad” para no esperar a que se demuestre judicialmente si hubo o no corrupción.

El principal pecado de Franco, según fuentes consultadas, fue maniobrar en busca del beneficio propio o de sus amigos, y no velar por los intereses generales y del partido. El histórico dirigente pasa al ostracismo, pero algunos temen que su sombra siga planeando y colocando a adeptos. Como ocurrió hace tan solo unas semanas, cuando situó de asesores del adjunto al Síndic de Greuges, Ángel Luna, a Manuel Bueno o el hijo del desaparecido Antonio Godoy

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