El ajedrez vasco mueve ficha

En la entrada del polideportivo de Sestao hay una pantalla de televisión que los curiosos se quedan mirando mientras esperan a que sus hijos salgan de la piscina. Están retransmitiendo jugadas, movimientos, y técnicas de la sala de ajedrez del equipo local.

El club del municipio vizcaíno, campeón de España 2013 y actual subcampeón, es uno de los dos equipos vascos que se enfrentará a la XXX Copa de Europa de Clubes y a la VII Final de Maestros, que concitan a partir de hoy en el Palacio Euskalduna de Bilbao a lo más granado del ajedrez mundial. “Somos una pequeña ciudad que se atreve a estar junto a San Petersburgo o Azerbaiyán”, se enorgullecía esta semana el presidente de Sestao EDP, Miguel Ángel del Olmo, que se estrena en el torneo europeo.

Igual que ellos, el donostiarra Gros Xake Taldea, que asiste a su séptima copa europea, no ha tenido que hacer las maletas para participar esta competición en la que durante una semana se dan cita 61 equipos y nueve de los 10 mejores jugadores de ajedrez del mundo. “Este año como en la Champions de fútbol, el ajedrez también tendrá representación local”, anunciaba el alcalde de Bilbao, Ibon Areso, durante la presentación oficial. El único otro equipo español será el cántabro Solvay.

61 equipos y nueve de los 10 mejores jugadores se citan en el Euskalduna

“El club es como mi tercer hijo. Me da las mismas preocupaciones y siempre necesita dinero”, bromea Eli Argandoña, que hace 23 años, en 1991, fundó el equipo donostiarra. Desde entonces, con la ayuda del Ayuntamiento de San Sebastián y varios patrocinadores no han hecho más que crecer. En la actualidad, ocupan la sede de 800 metros cuadrados del Centro de Tecnificación en Anoeta.

Desde esta instalación, “una de las mejores de Europa, con pantallas, biblioteca y un espacio para comer”, enseñan a centenares de niños —700 si se cuentan sus clases en las escuelas—. Por allí han pasado desde el jugador de la Real Sociedad Esteban Granero y el presidente del Eibar Alex Aranzabal a niños con malformaciones que, aunque no puedan mover las fichas, tienen la oportunidad de jugar a un deporte que no entiende de condición.

“Ahora tengo monitores y gente que ayuda, pero yo he enseñado a todo San Sebastián”, reconoce Argandoña, que solo destina un cuarto de lo ganado con las matriculas de los jóvenes para financiar el equipo de competición. “Mientras lo dirijamos quienes no nos jugamos nuestra vida en esto, los torneos son secundarios a la satisfacción que produce enseñar a todos los jugadores potenciales. Si hay patrocinio bien, pero no vamos a hipotecarnos”.

Así lo confirma también Del Olmo, que comenzó con el club sestaotarra en 1981, y que, “visto que no tenía aptitudes para jugar”, acabó dirigiéndolo. “Mi gran orgullo es mantener el nombre de mi pueblo en el equipo. Que Sestao, al que estamos muy agradecidos, sea conocido por el ajedrez. Con muy pocos medios, podemos ilusionar a los vecinos”, subraya Del Olmo, en cuyas instalaciones, mucho más humildes, también aprenden más de un centenar de niños. “Siempre estamos llenos, pero no podemos tener vocación mayoritaria”.