TNC: grandes nombres de casa pero sin escena internacional

 El Teatre Nacional de Catalunya (TNC) continúa en la segunda temporada de Xavier Albertí, presentada ayer, con las líneas maestras establecidas en la primera. La recuperación del patrimonio teatral catalán y su memoria, una temática genérica —la temporada pasada la frontera, esta la familia—, la preocupación social y la imbricación con las otras instituciones culturales catalanas conforman de nuevo la hoja de ruta. Añádanse el peculiar sentido del humor y la vocación de gamberrismo cultista característicos del timonel —en el capítulo positivo—, y —en el negativo— la ausencia esta vez ya absoluta de teatro internacional, algo que resulta como mínimo llamativo en un teatro público. El consejero de Cultura, Ferran Mascarell, justificó en parte esa opción afirmando que dar trabajo a mucha gente del país, con la que está cayendo, es una misión ahora del TNC. En todo caso —veamos el vaso medio lleno—, el talento de casa congregado esta temporada por el TNC resulta abrumador.

La temporada 2014-15 (22 espectáculos, 20 de ellos producciones propias) vuelve a abrirse con un sarao de los que le gustan a Albertí, en este caso Per començar, sarsuela (del 2 al 5 de octubre en la Sala Gran), una reivindicación (y descubrimiento) de la zarzuela catalana (“frondosa illa de tresors amagats”), nada menos. La recaudación irá otra vez para entidades sociales.

Entre las cosas más interesantes de la temporada —que presta especial atención al teatro catalán durante el primer franquismo, con varios montajes y una exposición y otras actividades—, L'art de la comèdia, de Eduardo de Filipo con dirección de Lluís Homar y con él mismo en el reparto (en el que figura también Andreu Benito), en la Sala Gran, de febrero a abril; una versión escénica de Incerta glòria, de Joan Sales, con dramaturgia y dirección de Àlex Rigola (Sala Petita, en mayo); un espectáculo de danza sobre fútbol (Foot-ball, en enero en la Sala Tallers) , dirigido por Cesc Gelabert y en el que un equipo de bailarines “descodifica coreográficamente” algunas de las mejores jugadas de del FC Barcelona (con proyecciones a cargo de Isaki Lacuesta); El president, de Thomas Bernhard, dirigida por Carme Portaceli, con Francesc Orella y Rosa Renom (Tallers, noviembre, coproducción con Temporada Alta) o El somni d'una nit d'estiu, de Shakespeare, que pondrá en escena Joan Ollé (Gran, noviembre), con un gran reparto en el que figuran Joan Anguera, Mercè Arànega, Enric Majó, Lluís Marco y Oriol Tramvia, entre otros.

Muchos otros alicientes: Purga, de Sofi Oksanen puesta en escena por Ramon Simó, con Carme Elias; un Tirant lo Blanc dirigido por Pere Planella; L'hort de les oliveres, obra chejoviana de Narcís Comadira que monta el propio Albertí; El carrer Franklin, de Lluïsa Cunillé, dirigida por Josep Maria Miró; Mots de ritual per a Electra, de Palau i Fabre, dirigida por Jordi Coca; otro Pitarra, en la estela de la temporada pasada, Liceistes i cruzados; las Comedias Bárbaras que llegan del Centro Dramático Nacional (Montenegro, dirigida por Ernesto Caballero, en la Gran en octubre); un montaje sobre los dietarios de Feliu Formosa (titulado Sala de Miralls); No feu bromes amb l'amor, de Alfred de Musset; un recital de Ester Formosa en su avatar de La Canyí (Del Paral.lel a Nàpols); La nosta mort de cada dia, de Manuel de Pedrolo, sobre una familia burguesa que recibe una visita inquietante –obra ilustrada en el programa de mano con una foto de un hombre que recordó a muchos a Jordi Pujol, creando la natural zozobra: resultó que no lo es- … En el capítulo de la programación familiar, una versión de El príncip feliç de Oscar Wilde.

El 25 de noviembre Paco Ibáñez celebrará sus 80 años con un concierto en la Sala Gran.

A destacar la complicidad con la Filmoteca, que permitirá ver películas muy interesantes relacionadas con la programación, los coloquios y exposiciones (entre ellas una sobre el teatro de Shakespeare en Cataluña).

Albertí destacó que la pasada temporada se consiguió recuperar 8 puntos la ocupación del TNC, que se situó en un 62 % , pero matizó que con respecto a las ocupaciones históricas de otros años anteriores aún hay mucho camino para recorrer.