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El arte en la Barcelona de 1914 abre temporada en la Miró

La fundación espera nuevos depósitos para acometer una remodelación de la colección permanente

Recuperar la memoria de la Primera Guerra Mundial desde la neutralidad española como periodo fundamental para la evolución personal y profesional de Joan Miró será uno de los cometidos de la próxima temporada expositiva de la Fundación Miró. Con la voluntad de tratar “temas de utilidad pública”, en palabra de Martina Millà, responsable de la programación, la Fundación Miró abrirá fuego el 24 de octubre con Barcelona, zona neutral (1914-1918), recorrido por el panorama visual de la capital catalana durante el periodo bélico, a través del arte, la fotografía, revistas, postales, la publicidad y el cine. “Barcelona acogió muchos artistas europeos exiliados, que contribuyeron a modificar la producción cultural de la ciudad, introduciendo una nueva polaridad entre cultura oficial y vanguardia”, explica Rosa María Malet, recordando que entre estos creadores se encontraba Francis Picabia, quien introdujo Miró en los círculos dadaístas, que buscaron refugio en Cataluña.

 “Ese periodo fue importante para la formación Miró”, subrayó Malet, que enlazó la dimensión universal del artista con la otra gran muestra del calendario. Bautizada Prophetia y comisariada por Imma Prieto, la exposición parte de la idea de profecía distópica para involucrar una veintena de creadores europeos (Mateo Mate, Nuria Güell, Jordi Colomer, Antoni Muntadas, Anri Sala y Susan Phillips, entre otros) en una reflexión sobre la idea de Europa y sus derivas, a partir de la actual condición crítica.

El 40 aniversario de la Fundación Miró (se inauguró el 10 de junio de 1975), será el otro foco de interés, aunque la celebración se plasmará en una profunda remodelación de la colección, supeditada al éxito de las negociaciones para conseguir un importante depósito. Malet no quiso concretar más, de modo que se desconoce si se trata de obras de diversos propietarios o de una sola colección, como en el 2000, cuando el japonés Kazumasa Katsuta depositó 23 pinturas para diez años que se han prorrogado hasta 2020. A la espera de esa reforma, el centro continúa con un corolario de exposiciones de pequeño formato, como el ciclo del Espai 13 y las muestras de Fotografía en el Vestíbulo.

La Fundación Miró, con una media de 1.600 visitantes al día, ha contabilizado más de 350.000 personas en los primeros ocho meses del año, por lo que espera repetir los 600.000 visitantes de 2013.

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