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Patrimonio olvidado tras la tapia

El Ayuntamiento de Sevilla derribará un mausoleo obra de Espiau que considera “irrecuperable” Los expertos critican la gestión municipal del camposanto

Margot Molina
Un hombre pasa ante el mausoleo del conde de Pradere en el Cementerio de San Fernando de Sevilla.
Un hombre pasa ante el mausoleo del conde de Pradere en el Cementerio de San Fernando de Sevilla.paco puentes

El Ayuntamiento de Sevilla, propietario del Cementerio de San Fernando, tiene previsto demoler el mausoleo del conde de Pradere, una obra de José Espiau y Muñoz de principios del XX, porque es “irrecuperable”, según técnicos municipales. La destrucción del panteón supondría “la pérdida de la mejor pieza del cementerio conectada con la estética modernista”, en palabras de Javier Rodríguez Barberán, profesor de Historia de la Arquitectura en la Universidad de Sevilla y especialista en arquitectura funeraria.

 “Partimos de que en un cementerio conviven espacios públicos y privados; pero si una obra clave se abandona hasta el punto de que su restauración no es posible, lo que hay que plantearse es cómo la han dejado llegar hasta ese estado”, afirma Rodríguez Barberán, quien además considera el panteón del conde de Pradere, la obra más significativa de Espiau en el camposanto sevillano. “Es un proyecto de juventud, en el que Espiau se deja seducir por la estética de la secesión, la forma en la que un grupo de artistas vieneses interpretó la corriente internacional del modernismo en el tránsito de los siglos XIX al XX”, explica el historiador del arte.

Parte de la fachada del Hotel Alfonso XIII, obra de Espiau y Muñoz.
Parte de la fachada del Hotel Alfonso XIII, obra de Espiau y Muñoz.paco puentes

“José Espiau y Muñoz [Sevilla, 1879-1938] forma parte, junto a Aníbal González y Juan Talavera, de la tríada que desarrolló la arquitectura regionalista —una revisión muy particular y ecléctica de la Historia de la Arquitectura—, la cual definió el imaginario que muchos sevillanos tienen de su ciudad”, precisa Víctor Pérez Escolano, catedrático de Historia de la Arquitectura.

“El cementerio de San Fernando tiene un valor patrimonial como conjunto y contiene elementos particulares que deben ser preservados y el mausoleo de Espiau, autor de obras tan significativas como el Hotel Alfonso XIII o el edificio Pedro Roldán, es uno de ellos. Si la obra estaba en peligro por falta de conservación, el Ayuntamiento debería de haber actuado antes recuperando su titularidad”, añade Pérez Escolano.

Según la Delegación de Hacienda y Administración Pública, de la que depende el cementerio, los propietarios de los monumentos fúnebres son los que deben ocuparse de su mantenimiento, ya que se trata de un espacio privado dentro de otro público. “Ante el mal estado que presentaba la tumba, intentamos localizar a la familia, aunque no apareció ningún descendiente. Incluso buscamos en el registro de títulos nobiliarios de Madrid, pero tras la muerte del conde de Pradere, en 1933, nadie reclamó el título. En esos casos, la titularidad del terreno vuelve al Ayuntamiento, como ya ha ocurrido”, asegura un portavoz municipal.

Es la mejor pieza del cementerio de estética modernista”, dice Javier Rodríguez Barberán

Según Hacienda, los técnicos consideran que la tumba es “irrecuperable” y de lo que se trata ahora es de decidir cómo rescatar los restos de Daniel Carballo y Prat, conde de Pradere, el diplomático que falleció en Madrid en 1933 y fue enterrado en Sevilla. “El estado de la construcción es tan malo que se está barajando la idea de demoler y después rescatar los huesos de entre los escombros”, precisó la misma fuente.

“El panteón de Pradere lleva en malas condiciones muchos años. Si se tratara de un edificio de Espiau en la ciudad, aunque fuese privado, no creo que lo dejaran derrumbarse; sin embargo en el cementerio lo abandonan a su suerte argumentando que no encuentran a los propietarios”, arguye Rodríguez Barberán.

Víctor Pérez Escolano pide una protección especial para varias partes del conjunto

Según el especialista en arquitectura funeraria, la conservación del cementerio —obra de Balbino Marrón de 1853— no es buena. “En la última década no ha existido un proyecto que valore su patrimonio, que lo trate de una forma global. Y tan patrimonio es el cementerio como las iglesias, conventos o la arquitectura civil”, afirma el historiador.

“En San Fernando se puede hacer un recorrido, a pequeña escala, por la arquitectura sevillana desde la mitad del siglo XIX hasta mediados del XX: historicismo, academicismo, modernismo y regionalismo”, concluye.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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