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El PP gallego anima a Rajoy a que no desista de la reforma electoral

Feijóo presenta el cambio legal como una cuestión de “principio democrático”

Feijóo y Rajoy, este domingo en Soutomaior
Feijóo y Rajoy, este domingo en Soutomaiorlalo r. villar

El PP gallego apoya vivamente la reforma legal para que gobiernen de forma automática los alcaldes de las listas más votadas y así lo dejaron claro ayer los presidentes del partido en Galicia y en la provincia de Pontevedra. En uno de los escasos mensajes concretos del acto de apertura del curso político, celebrado en los jardines del castillo de Soutomaior, tanto Alberto Núñez Feijóo como Rafael Louzán abogaron por llevar adelante el cambio legal en términos bastante más tajantes que los del presidente del Gobierno, que se limitó a afirmar que del tema hay que “hablar”.

 Desde que el PP sacó a la palestra la propuesta de reforma del voto en las elecciones municipales, la actitud de los dirigentes respecto al tema es la de presentar el asunto como una cuestión de sentido común, algo que debería ir de suyo y que si no se ha ejecutado antes es por despiste legislativo. “Que gobierne el que gane, nada más”, repitió ayer Feijóo, insistente en que el cambio responde a un “principio democrático sólido, básico”. Recordó, en ese sentido, que el PSOE planteó la cuestión ya en 1998 y que la llevó en el programa electoral de 2004.

En la misma línea se acababa de manifestar Louzán, con tono más acerbo y apropiándose además del eslogan de las movilizaciones por la gestión de la catástrofe del Prestige. "Voy a utilizar aquella frase de que nunca máis, nunca máis gobiernen las coaliciones de perdedores”, lanzó el presidente provincial, que a continuación se puso a echar sus cuentas respecto a los resultados de los comicios de 2011 en Vigo, en los que el socialista Abel Caballero fue investido con el apoyo del BNG. “El 12% de los votos [los que logró el Bloque], eso es una injusticia”, teorizó Louzán, que sostuvo que las papeletas de populares y PSOE entonces —el PP fue la fuerza más votada— “no valieron para nada”. "Reforma electoral, adelante y ya”, clamó.

Cuando le tocó el turno de palabra a Rajoy, el presidente se ciñó, en cambio, a plantear el asunto como algo sujeto a debate. El presidente del Gobierno aprovechó la cita para volver a presentar a Feijóo como el pionero de la política que luego el PP trasladó al Gobierno de España. “Las reformas empezaron aquí desde que Alberto llegó a la Xunta”, alabó Rajoy.

La mañana había transcurrido, por lo demás, muy plácidamente para el cónclave veraniego de los populares, a la sombra de los plátanos del castillo de Soutomaior —Sotomayor, según la pronunciación de Rajoy— y aislados de las posibles protestas ciudadanas. Un grupo de emigrantes retornados de la plataforma que protesta por las sanciones de Hacienda al no haber declarado correctamente sus pensiones en el extranjero, junto a algunos preferentistas, mostraban pancartas en una rotonda a tres kilómetros del castillo. Las alocuciones de los dirigentes giraron en torno a la tesis de que los cambios legales instaurados por el Gobierno han dado frutos económicos y que aunque la recuperación no tenga aún efectos visibles en el día a día de los ciudadanos, lo hará en cuestión de tiempo, siempre que se “persevere en las reformas”. Feijóo atacó con que el progreso de los indicadores macroeconómicos en los últimos meses era “impensable hace poco tiempo” y que hoy, “aunque en los hogares no se percibe estamos mejor que hace un año y peor que el que viene”.

El presidente del PP gallego celebró los cumplimientos del Rajoy con Galicia, con logros como la presencia sucesiva en Santiago del primer ministro japonés, Shinzo Abe, y la canciller alemana, Angela Merkel. También las obras del AVE, cuyo calendario no comentó pero que “se están haciendo”, o la bajada del IRPF. En clave provincial, Louzán se refirió a la “extraordinaria gestión” de la ministra de Fomento, Ana Pastor, para eliminar el peaje de vuelta entre Vigo y Pontevedra en los trayectos realizados el mismo día. Hubo también alusiones críticas para el PSOE — “los mismos que nos llevaron al fracaso económico”— y a “los fanfarrones de turno”, crítica de amplio abanico para los partidos “que tienen solución para todo aunque nunca gestionaron nada”.

Feijóo se erige en el artífice de la solución a las preferentes

El PP gallego apoya vivamente la reforma legal para que gobiernen de forma automática los alcaldes de las listas más votadas y así lo dejaron claro ayer los presidentes del partido en Galicia y en la provincia de Pontevedra. En uno de los escasos mensajes concretos del acto de apertura del curso político, celebrado en los jardines del castillo de Soutomaior, tanto Alberto Núñez Feijóo como Rafael Louzán abogaron por llevar adelante el cambio legal en términos bastante más tajantes que los del presidente del Gobierno, que se limitó a afirmar que del tema hay que “hablar”.

Desde que el PP sacó a la palestra la propuesta de reforma del voto en las elecciones municipales, la actitud de los dirigentes respecto al tema es la de presentar el asunto como una cuestión de sentido común, algo que debería ir de suyo y que si no se ha ejecutado antes es por despiste legislativo. “Que gobierne el que gane, nada más”, repitió ayer Feijóo, insistente en que el cambio responde a un “principio democrático sólido, básico”. Recordó, en ese sentido, que el PSOE planteó la cuestión ya en 1998 y que la llevó en el programa electoral de 2004.

En la misma línea se acababa de manifestar Louzán, con tono más acerbo y apropiándose además del eslogan de las movilizaciones por la gestión de la catástrofe del Prestige. "Voy a utilizar aquella frase de que nunca máis, nunca máis gobiernen las coaliciones de perdedores”, lanzó el presidente provincial, que a continuación se puso a echar sus cuentas respecto a los resultados de los comicios de 2011 en Vigo, en los que el socialista Abel Caballero fue investido con el apoyo del BNG. “El 12% de los votos [los que logró el Bloque], eso es una injusticia”, teorizó Louzán, que sostuvo que las papeletas de populares y PSOE entonces —el PP fue la fuerza más votada— “no valieron para nada”. "Reforma electoral, adelante y ya”, clamó.

Cuando le tocó el turno de palabra a Rajoy, el presidente se ciñó, en cambio, a plantear el asunto como algo sujeto a debate. El presidente del Gobierno aprovechó la cita para volver a presentar a Feijóo como el pionero de la política que luego el PP trasladó al Gobierno de España. “Las reformas empezaron aquí desde que Alberto llegó a la Xunta”, alabó Rajoy.

La mañana había transcurrido, por lo demás, muy plácidamente para el cónclave veraniego de los populares, a la sombra de los plátanos del castillo de Soutomaior —Sotomayor, según la pronunciación de Rajoy— y aislados de las posibles protestas ciudadanas. Un grupo de emigrantes retornados de la plataforma que protesta por las sanciones de Hacienda al no haber declarado correctamente sus pensiones en el extranjero, junto a algunos preferentistas, mostraban pancartas en una rotonda a tres kilómetros del castillo. Las alocuciones de los dirigentes giraron en torno a la tesis de que los cambios legales instaurados por el Gobierno han dado frutos económicos y que aunque la recuperación no tenga aún efectos visibles en el día a día de los ciudadanos, lo hará en cuestión de tiempo, siempre que se “persevere en las reformas”. Feijóo atacó con que el progreso de los indicadores macroeconómicos en los últimos meses era “impensable hace poco tiempo” y que hoy, “aunque en los hogares no se percibe estamos mejor que hace un año y peor que el que viene”.

El presidente del PP gallego celebró los cumplimientos del Rajoy con Galicia, con logros como la presencia sucesiva en Santiago del primer ministro japonés, Shinzo Abe, y la canciller alemana, Angela Merkel. También las obras del AVE, cuyo calendario no comentó pero que “se están haciendo”, o la bajada del IRPF. En clave provincial, Louzán se refirió a la “extraordinaria gestión” de la ministra de Fomento, Ana Pastor, para eliminar el peaje de vuelta entre Vigo y Pontevedra en los trayectos realizados el mismo día. Hubo también alusiones críticas para el PSOE — “los mismos que nos llevaron al fracaso económico”— y a “los fanfarrones de turno”, crítica de amplio abanico para los partidos “que tienen solución para todo aunque nunca gestionaron nada”.

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