Cabaré sobre ruedas
Las artes escénicas y la bicicleta se funden hoy en la plaza del Matadero 'Swing' o boleros para un tumultuoso público, al que se anima a ataviarse de los años veinte
Una vez al año, desde hace seis, el lago de la Casa de Campo es invadido por una tropa de cabareteros que surcan la superficie del agua en barquitas (un músico aquí, otro allá, otro acullá), creando una buena algarabía con sus violines, guitarras y clarinetes. El público, buena parte del cual viene ataviado al modo de los años veinte (tirantes, bombines, boas, collares de perlas), les jalea desde la orilla al ritmo de las melodías de bolero o de swing. Es el Cabaret Flotante, cuya última edición se celebró el pasado 1 de junio. El éxito ha sido creciente: a la primera asistieron 50 personas, a la segunda unas 200, a la más reciente un millar. Hoy este evento sufre una mutación y deja el elemento náutico para ponerse sobre ruedas en Matadero: es el Cabaret Rodante.
La idea original surgió de los artistas Pía Tedesco y Raúl Márquez: "Sentimos la necesidad de llevar el arte y la música a espacios no tan acotados como una sala de teatro y en un formato que no tuviera unas reglas tan rígidas ni una estructura tradicional con inicio, nudo y desenlace", dice Tedesco.
El espectáculo es gratuito y busca llegar al mayor número de gente posible, eso sí, se agradece que se siga el dress code que proponen: conviene ir vestido de cabaré parisino, chulapo cabaretero, steampunk (algo así como futurista victoriano), pin-up, o cosas por el estilo. Al cambiar el agua de Lago por el suelo puro y duro, no habrá barcas, claro está, pero se da la bienvenida a todo tipo de medios de transporte con ruedas y sin motor: monociclos, bicicletas, triciclos, tándemes, patinetes, carritos de bebé, sillas de ruedas o segway, lo que sea.
Este paso a tierra firme se ha realizado con la colaboración de la nueva asociación Mejor difícil que imposible, que se propone promover espectáculos que mezclen las artes escénicas y el mundo de la bicicleta. "La gente del Cabaret Flotante quería evolucionar a otros medios, en su plan a largo plazo, y vimos que era la oportunidad perfecta para avanzar y colaborar", explica Mónica Santillana, una de los miembros, “además, ahora es el momento de la bicicleta en Madrid, hay mucha gente con ganas de hacer cosas y hasta el Ayuntamiento se ha montado en el carro de la bici".
Roborob Funklover, de la banda de swing Swingdigentes, dirigirá el movimiento rodado alrededor de los músicos con unas señales de tráfico. Y la bailarina y pintora Anna Lisa Miele pintará sobre unos grandes lienzos en el Matadero. Esta noche, cuando acabe el cabaré propiamente dicho, y si la gente se queda con ganas de más, seguirán tocando de forma itinerante a lo largo de Madrid Río, hasta que el cuerpo aguante.
"Además", dice Tedesco, "a esta jam session puede venir cualquiera a tocar, aunque solo lleve dos clases de guitarra. Repartiremos partituras y cifrados y nosotros, bien amplificados, llevaremos la voz cantante. La idea es que en ciertos momentos haya cientos de personas tocando a la vez". ¿Y por qué cabaré? "La ópera y el cabaré son los espectáculos más completos", continúa, "en la ópera tienes los mejores cantantes, músicos, bailarines, en el cabaré es igual pero más pequeño. A la gente le estimula la sensibilidad y la picardía de este género, que surgió como un reducto de protesta, mezclando alcohol, pensamiento y sexo".
Lola Puñales es una fan fatal de este cabaré que ya asistido a varias de sus ediciones: "Es una experiencia muy divertida", explica, "desinhibirse, disfrazarse y cantar y bailar en los espacios públicos es una manera fantástica de romper la monotonía y de cambiar paisajes urbanos. También es una forma de reclamar la calle para el ocio ciudadano y las iniciativas culturales. Que nos la están quitando".
Cabaret rodante. De 20.00 a 23.00 horas en la plaza de Matadero. Paseo de la Chopera, 14. Entrada gratuita.
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