Peret dispuso que se le dijera adiós con un funeral de rumba
5.000 personas visitaron la capilla ardiente instalada en el Saló de Cent para despedirse del cantante
Genio y figura, Peret ha querido dejar huella hasta en su funeral —que se celebrará hoy en Mataró— en el que le cantarán aquello de “no estaba muerto, estaba de parranda” de El Muerto Vivo, una de sus rumbas más populares, y “deseo que mis amigos me digan adiós cantando, canten y bailen por rumba. Y llegando al cementerio, por favor no se preocupen, que yo no me quedo dentro”, de Porque yo me iré.
Porque Peret dispuso que el grupo de músicos —alguno de ellos familia del artista— que habitualmente le acompañaban en los conciertos tocasen y cantasen esos dos temas en su funeral. Una ceremonia que se celebrará en el cementerio de Mataró, donde está enterrado su abuelo y ciudad donde nació hace 79 años.
El mismo sentido de la vida que se leía en el recordatorio que ayer se distribuía en la capilla ardiente en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona, donde se instaló el féretro del artista. A modo de oración, otra rumba: “Es preferible reír que llorar y así la vida se debe tomar. Los ratos buenos hay que aprovechar si fueran malos mejor olvidar”. Firmado: “Peret”.
Marinah, de Ojos de Brujo, y Pau Donés, de Jarabe de Palo, destacan la conexión del rumbero con los jóvenes
Y de los ratos buenos con su música era de lo que hablaban las personas que firmaban en los libros de condolencias. A lo largo del día, más de 5.000 personas acudieron al consistorio para despedirse del gitano catalán.
Un agradecimiento a su música y a su alegría, especiamente. “Es que han sido muchísimas las rumbas de Peret que hemos bailado”, recordaban riéndose una pareja ya entrada en canas. La capilla se abrió a las 11 de la mañana y a medida que pasaba el tiempo llegaban más coronas y ramos de flores. A los pies del féretro, la guitarra que le ha acompañado toda la vida y otra, al lado, hecha de flores blancas y rojas.
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, acudió a la capilla ardiente a primera hora de la mañana para dar el pésame a la familia de Peret —su compañera, Santa, su hija Rosita, nietos y más familiares rodeaban el féretro— y reconocer el “compromiso con el país en los momentos clave, en los que siempre ha estado. Un compromiso que era de primerísimo nivel. Tuvimos una prueba en el Concert per la Llibertat (2013) y también en los Juegos Olímpicos de Barcelona (1992)”.
“Era de un artista tan carismático que solo con salir al escenario, 8.000 personas se ponían en pie —eso ocurrió en el festival Internacional de las Culturas, Pirineos Sur en 2008—, sin que abriera la boca, solo saludando y alzando la guitarra. Para mi fue como mi padrino y creo que no me equivoco al decir que Peret supo conectar muy bien con los jóvenes cantantes”, explicaba con lágrimas en los ojos, Marinah, de Ojos de Brujo, al salir de la capilla ardiente. “El primer escenario al que me subí fue con él, en Zaragoza” recordaba. La cantante hizo un vídeo con Peret de una nueva versión de El Muerto Vivo, en 2009, en el que a Peret se le veía feliz rodeado de jóvenes músicos. Ese reconocimiento expresó también la cantante Lucrecia: “él no está pero su música quedará para siempre”.
Peret ultimaba un nuevo disco, íntegramente en catalán
Pau Donés, de Jarabe de Palo, con el que también compartieron escenarios y grabaciones reconocía a Peret por su música pero, sobre todo, por su carácter: “teníamos mucha relación y lo que más me gustaba era sentarme con él en una mesa y escucharle”, decía en declaraciones a la SER. La conexión de Peret con los valores jóvenes es evidente en las versiones de sus rumbas hechas, entre otros, por Jarabe de Palo, Ojos de Brujo, Dusminguet, Macaco o Estopa en el disco homenaje a Peret El rey de la rumba.
Pese a la enfermedad —un cáncer que le fue diagnosticado en julio— Peret siguió trabajando en el nuevo disco que estará integrado por canciones en catalán: “En realidad, lo que tenemos es su voz y su guitarra de todos los temas. Pero falta mucho para que se pueda publicar porque tenemos que hacer toda la producción”, explicaba ayer Dani Salvat Pubill, nieto de Peret y guitarra habitual en sus actuaciones. Tampoco tiene título, “eso es algo que se suele hacer al final, ya veremos”. “Ni se había pensado en eso porque no nos imaginábamos que se iba a ir tan pronto”, apuntaba Ana González, una de de las portavoces de la familia. Peret estaba sometido a tratamiento de quimioterapia y radioterapia por el cáncer de pulmón “pero una complicación con una neumonía es lo que precipitó su muerte”, añadía.
Si el presidente de la Generalitat fue uno de los primeros en acudir a la capilla ardiente, el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, la visitó a última hora de la tarde, poco antes de su cierre: “sin duda, con su rumba catalana ha representado la Barcelona más vital y más alegre”.
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