“Todas somos nietas de esclavas”

"Eres como los Rolling Stones, tienes público de todas las edades", le dice uno de sus amigos. La apreciación se constató el domingo pasado, sin ir más lejos, durante la actuación de Sés en las Festas da Peregrina de Pontevedra. Al terminar los aplausos, personas de generaciones distintas formaban cola para los autógrafos. Compositora, cantante, guitarrista, gaitera y pandereteira, María Xosé Silvar (A Coruña, 1983) tiene por delante recitales en Galicia, Euskadi, Madrid y Cataluña y citas festivaleras en Salvaterra (Festival de Poesía do Condado), Boimorto (Festival de la Luz) y Vilaxoán, la más cercana, este sábado en el Festival Revenidas.

Pregunta. El Revenidas celebra el vigésimo aniversario del movimiento bravú y, con ese motivo, por fin Sés va a compartir escenario con Os Diplomáticos.

Respuesta. Me gusta tocar en festivales porque de este modo también yo puedo asistir a conciertos. ¡En un 99,9% de las ocasiones sigo siendo consumidora de música! Y además, ¡yo soy una niña bravú! Aunque sea de un modo casi inconsciente y mi principal sustrato sea la música tradicional, todo lo que escuchas de niña te marca. Soy de una generación diferente pero me considero heredera del camino que el rock bravú desbrozó para que ahora nos podamos dedicar a hacer lo que queramos con libertad y desde el orgullo de ser gallegos. Me hace muchísima ilusión porque fue impresionante que hubiesen sido capaces de crear un subgénero en la música desde la consciencia de una identidad propia.

P. Sobre el escenario, no sólo se expresa usted con la música, con su actitud cercana y sus alocuciones a los espectadores demuestra grandes dotes de comunicadora.

R. ¡Es que odio los comportamientos impostados y el descreimiento! En Galicia sólo hay un famoso y es Xosé Ramón Gayoso. Soy idealista y creo que desde las actitudes individuales es posible cambiar cosas. La dramaturgia de la escena, para mí, no está reñida con la naturalidad y ese lenguaje lo entiende todo el mundo. Además, yo no me caso con nadie ni sirvo a nadie y siempre tengo presente que todas somos nietas de esclavas. Mi abuela era analfabeta y no me canso de reclamar el uso de mi libertad, por la que otras lucharon y que es fruto de una esclavitud previa, antes de que las cosas se reviertan totalmente.

P. Entonces, al paso que vamos, ¿hay pelea para rato?

R. Yo no quiero ser rebelde, ojalá me levante un día y no tenga motivos para serlo. Me disgusta profundamente que algunos digan que utilizo mi compromiso con la lengua y con el feminismo para vender discos porque yo siempre he sido así. O que digan que un concierto mío es un acto político, como ocurrió en Pontevedra. Eso es absurdo. ¿Acaso todas las personas a las que le gusta Silvio Rodríguez comparten su ideología? No hay una correspondencia directa entre una cosa y la otra. En Madrid aplauden tanto como en Santiago cuando dedico a todos los presos políticos la "Milonga de aquí" (tema incluido en su segundo disco, Co xenio destrozado, 2013). Sólo soy una cantareira que hace rock and roll.

P. Y no hay muchas como usted.

R. No hay muchas, no. El escenario es muy guay porque hay luces y aplausos, pero en el contexto en donde vives y creas, la mitad te detestan y la mitad de quienes te dicen que te quieren también te detestan. Las afirmaciones sobrias de un hombre se respetan, las de una mujer son signos de arrogancia y prepotencia. No hay gremio que se salve, siempre hay que comulgar con lo que ellos quieren mientras no exista la solidaridad entre las mujeres. Ser libre es asumir que no vas a gustar a mucha gente y que van a decir barbaridades de ti.

P. ¿Hay ya planes de disco nuevo?

R. Empiezo a grabarlo después del verano. Me gusta hacer discos, escoger los temas, buscar la coherencia. Por lo demás, será muy heterodoxo y muy americano, del norte y del sur. Creo que será más social que intimista, es hijo de su tiempo. Como dice el verso de Sabina: "tú tranquilo que ya vendrán tiempos peores". Sólo puedes estar bien al lado de otra persona cuando eres tú misma y con la música pasa igual. Tengo clarísimo que si tengo que volver a poner cafés no se me van a caer los anillos. Esto que dure lo que tenga que durar y estará de puta madre. Confío en saber parar; eso sí cantar voy a cantar siempre, porque es lo que he hecho desde siempre.