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Domingo agridulce de tiendas

Las grandes multinacionales son las que más se benefician de los días festivos extras de apertura. Algunos locales no respetan los horarios permitidos

Camilo S. Baquero
Tres jóvenes caminan ayer por Portal de l'Angel.
Tres jóvenes caminan ayer por Portal de l'Angel. CONSUELO BAUTISTA

Fin de semana del ferragosto,como los italianos llaman al día 15 del octavo mes del año. El momento en el que comienza de verdad el éxodo masivo desde las ciudades, que quedan prácticamente tomadas por el turismo. Ayer, en una jornada más de domingos con los comercios abiertos, era prácticamente imposible encontrar en el centro de Barcelona a un cliente local de compras y aprovechando lo que queda de las rebajas. Las bolsas de grandes multinacionales y los turistas eran lo único que llenaban las calles.

“Nueve de cada diez personas que atendemos son del extranjero”, confiesa un dependiente de la tienda de una popular marca de ropa deportiva ubicada en el paseo de Gràcia. Una tendencia que certifican otros encargados de locales de la misma calle o de Portal de l'Angel, invadida ayer por turistas que se hacían selfies. Algunos hasta dejaban las bolsas en el suelo para poder retratarse mejor.

El patrón sigue siendo el mismo desde la puesta en marcha de la medida, en junio pasado, tras un pacto entre el Gobierno de CiU y el PP. Las grandes tiendas multinacionales abren, las pequeñas no, pues les cuesta más hacer frente a los gastos que esto supone.

Los datos del Ayuntamiento muestran que, por ejemplo en el Eixample, el 20% de las tiendas abren en festivo. Las cifras, sin embargo, están recogidas antes de que comenzara la segunda mitad de agosto, el tradicional momento álgido de las vacaciones para los catalanes. En los grandes ejes comerciales como rambla de Catalunya o paseo de Gràcia esta cantidad se eleva al 50%. La norma establece que se pueda abrir los domingos entre las diez de la mañana y las seis de la tarde, un horario que no siempre se cumple. Anoche era posible ver negocios con la persiana abierta hasta poco antes de las nueve de la noche. Desde Barcelona Comerç reconocen que aún queda pedagogía por hacer en este aspecto.

Aunque aún quedan cinco fines de semana donde se permitirá abrir a las tiendas, la caja no suena tanto como a muchos de los propietarios les agradaría, aunque el turismo les rellena el hueco del ya afectado consumo interno. “Mucha gente siempre se veía contrariada de que no abriéramos los domingos”, dice el dependiente de la tienda deportiva. Desde Barcelona Comerç insisten en que también se puede tratar de un tema de cambio de hábitos entre los vecinos de la ciudad. “No vendes más, pero mantienes el mismo nivel”, confiesa una dependiente de una tienda de ropa femenina en rambla de Catalunya.

Estas dos últimas semanas, por ejemplo, la llegada de cruceros o los 70.000 asistentes al Circuit, el festival de ocio gay y lésbico, también ha favorecido la llegada de clientes a las tiendas, lo que ha permitido mantener la facturación.

Sin embargo, algunos sectores como Barcelona Oberta —plataforma que agrupa a los partidarios de una mayor liberalización de horarios— o el mismo Barnacentre, que reúne a los negocios del centro, piden también que se impongan medidas liberalizadoras de cara al otoño o antes de Navidad, para así poder atraer a un público orientado más a las compras y no al de sol y playa que viene durante el verano.

Todas las partes, sin embargo, afirman a que habrá que esperar a que se acabe el actual periodo de domingos abiertos para evaluar sus bondades y emplazarse, tal vez, a negociar un nuevo acuerdo. Un tema que con la cercanía de elecciones municipales se puede complicar.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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