El campo afea al Consell que esté de vacaciones pese al veto ruso y la sequía

Cuando los problemas se amontonan y se agravan, hay que “dejarse de si agosto es un mes de vacaciones, porque hay que estar en el trabajo cuando haga falta”. Es el mensaje que ayer envió el presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AV-Asaja), Cristóbal Aguado, a los responsables políticos en general y al Gobierno de la Generalitat, en particular, ante los acuciantes problemas que está viviendo el campo valenciano: los efectos de la sequía y los 138 millones de euros que se pueden perder por el veto del Gobierno de Putin a los productos agroalimentarios de la Unión Europea como respuesta a las sanciones impuestas a Rusia por la crisis con Ucrania.

“Estamos muy descontentos del comportamiento que los políticos están dando al sector agrario”, apuntó Aguado. A su lado, el presidente de la Unió de Llauradors, Ramon Mampel, añadió que el sector no había mantenido ninguna reunión con el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, para tratar esas cuestiones que preocupan al sector. “Que el presidente de la Generalitat coja sus funciones, que tiene la responsabilidad de proteger los productos valencianos, los más afectados por el veto, después de los andaluces”, añadió Mampel.

De los 138 millones de euros de posibles pérdidas en las exportaciones al mercado incipiente de Rusia, cada vez más importante para el campo valenciano, unos 100 millones se corresponden a productos hortofrutícolas. “Los que pagamos los platos rotos somos los agricultores, a los que se nos anuncian ayudas que son insuficientes”, señaló Aguado. Por ello, reclamó una “negociación diplomática y política” en Valencia, Madrid y Bruselas.

Aguado y Rampel se pronunciaron en estos términos tras la reunión que mantuvieron con el secretario general del PSPV, Ximo Puig, en la que también asistieron el presidente de las cooperativas hortofrutícolas de España, Cirilo Arnandis; el secretario general de UPA-PV, Rafael Cervera; el secretario general del Comité de Cítricos, José Martínez; y el secretario general de AVA, Juan Salvador.

Como hizo anteriormente con las propuestas de inversiones estatales de los empresarios valencianos, Puig hizo suyas las reivindicaciones del sector agrario y se preguntó por qué el campo valenciano debe pagar por una crisis como la de Ucrania en la que no tiene nada que ver. Y por qué se incluyen en ese veto productos hortofrutícolas, pero no los cerales, por ejemplo.

Hay que dejarse de si agosto es un mes de vacaciones, porque hay que estar en el trabajo cuando haga falta” Cristóbal Aguado

El secretario general del PSPV-PSOE lamentó que el Consell esté de vacaciones “como si no pasara nada” y le exigió que se implique “con una posición proactiva que defienda el interés de los agricultores”. Instó a la Generalitat que dentro de la Unión Europea “actúe en lo que es su responsabilidad, defender el interés general de los ciudadanos”. “El veto ruso es el final de un proceso de deterioro de la agricultura valenciana, la que más ha perdido de toda España”, afirmó. Los socialistas pedirán la convocatoria de una diputación permanente en las Cortes para estudiar los problemas del sector y la creación de una comisión permanente sobre la prohibición rusa, además de reuniones con diputados del Congreso y eurodiputados.

Confianza en el Gobierno

Presidencia de la Generalitat no respondió a las críticas vertidas por los representes del sector agrícola sobre la inacción del Consell, y se remitió a una nota de prensa del miércoles de la Consejería de Agricultura. En ella, este departamento insta al Ministerio de Agricultura a que las medidas de apoyo frente al veto ruso incluyan los productos de la Comunidad Valenciana. El secretario autonómico de Agricultura, Alfredo González, incidió en que la Generalitat espera que el Gobierno “se muestre sensible y atienda nuestras producciones agroalimentarias como los cítricos, el caqui o el vino, entre otras; que el pasado año se exportaron a Rusia por más de 151 millones de euros”.