Vuelve la vieja nueva era

Hace meses que se habla de la vuelta de aquel vituperado estilo que fue la new age. Sirvió desde mediados de los setenta de banda sonora para el orientalismo que importaron de la India los Beatles, prendió en California y se extendió por todo el mundo como el coletazo final del hippismo. La new age empezó como música ambiental con pretensiones místicas y fue la banda sonora para hacer yoga, para salas de masaje y talleres de meditación trascendental. Su desprestigio fue aumentando según se hacía más popular. Porque en su inicio muchas de las grabaciones eran caseras y se distribuían en el circuito de librerías esotéricas, pero llegó un momento en que los discos con esa etiqueta se vendían a toneladas y en el paraguas de la new age se colaron veteranos como Mike Oldfield, jazzeros como Pat Metheny o el celtismo de Enya.

 Lo que en 2014 se reivindica es a los autores de los inicios. Se les ve como pioneros de la electrónica más hipnótica y el ambient. Y Si en mayo visitaba Madrid Laraaji, el artista más respetado del género, hoy actuará a las 20.00 en la azotea de La Casa Encendida, dentro del ciclo Soundays, Iasos, un flautista nacido en Grecia en 1947, pero residente en EE UU, desde 1951, al que se tiene como el auténtico creador del género. Se considera Inter—dimensional music,su primer disco, publicado en 1975, como la piedra angular sobre la que creció la new age. En 2013 se publicó Celestial soul portrait, un recopilatorio de su trabajo entre 1975 y 1985 que demuestra que es más que una mera curiosidad.—IÑIGO LÓPEZ PALACIOS