La Renta Mínima desincentiva el trabajo, según el Colegio de Economistas

El Colegio de Economistas cree que el actual sistema de prestaciones de la Renta Mínima de Inserción (RMI) “desincentiva el trabajo”, en palabras del catedrático de Economía de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y colegiado del Colegio de Economistas de Catalunya (CEC), Guillem López Casasnovas. El catedrático es el coordinador del dossier Una mirada nueva al Estado del Bienestar que presentó ayer el colegio, que alerta de que la Renta Mínima puede ser una “trampa” para la pobreza.

El argumento es que por temor a aumentar sus ingresos legales y perder el subsidio, sus perceptores recurren a menudo a la economía sumergida. Casanovas, abogó ayer por un “cambio de mentalidad” sobre la percepción de la gratuidad de los servicios, la universalidad de los servicios, la eficiencia del sector público y los subsidios.

El catedrático aseguró que la productividad, junto con un mejor uso de los recursos públicos son los pilares para la sostenibilidad del sistema, y destacó que el nuevo Estado del Bienestar debería incluir minijobs y copagos en diferentes ámbitos como la sanidad.

Por temor a aumentar sus ingresos y perder el subsidio, sus perceptores recurren a la economía sumergida

La tesis del dossier es que las reformas del sistema público deberían pasar del llamado welfare (subsidios no vinculados al trabajo) al workfare (subsidios vinculados a la generación de renta) para evitar la “trampa de la pobreza”, que se produce cuando se cobra más por la renta mínima que por tener un empleo.

En este sentido apuesta por encontrar “una estructura óptima de combinación de subsidios y de impuestos que genere los incentivos correctos (para trabajar o trabajar más) y que produzca los resultados deseados (reducir la pobreza y mayor inserción laboral)”. El subsidio se debe “adecuar al principio de que tanto haces, tanto recibes” y debe ser “personalizado” en función de la actividad de cada perceptor.

La propuesta del Colegio es introducir un subsidio progresivo que complemente la renta generada, y que se vaya reduciendo a medida que aumenta el sueldo para que de esta manera las empresas puedan contratar a un coste menor y el Estado se ahorre todo el subsidio.

El dossier también defiende una apuesta decidida por las políticas activas de formación y lanza el reproche de que durante los años de crisis no se ha aprovechado suficientemente para mejorar la formación de los parados.