Los discos que siguen girando
Pequeñas tiendas de música de Madrid apuestan por el culto al vinilo para sobrevivir en el sector La exclusividad de sus compactos, su principal arma
En tiempos de crisis de la industria musical, aderezada con la recesión general que sufre España, ¿cómo mantener viable una tienda de discos en Madrid? La respuesta la tienen algunos pequeños negocios concentrados en el centro de la capital: el vinilo, el objeto más icónico para los amantes de la música.
El arma principal de estos locales es atender a un pequeño grupo de consumidores, muchos de ellos coleccionistas, que ha logrado que la venta de discos en este formato se disparase en los últimos años. A ellos les ofrecen productos exclusivos, joyas que difícilmente se encuentran en comercios generalistas como el Cortes Inglés o la FNAC. Con los CDs prácticamente en el olvido y dependiendo tan solo del vinilo, ahora los comerciantes también buscan diversificar sus fuentes de ingresos con otros productos, como libros, pósteres o camisetas. Estos locales, negocios familiares con poco ánimo de lucro, ganan lo suficiente para mantenerse. La clave, sostienen los dueños, es divertirse, trabajar en lo que les gusta.
"Ofrezco discos que uno no encuentra en FNAC", afirma Alberto Real, de Escridiscos
Alberto Real, de 37 años, decidió zambullirse en el negocio de la música y compró hace tres meses, con la ayuda de un amigo y unos familiares, la conocida tienda Escridiscos, cerca de la plaza de Callao. Fue la solución que este extécnico de climatización encontró para salir del paro. Entrar en su local, un lugar de peregrinación para los melómanos que lleva más de 30 años abierto, es como entrar en una máquina del tiempo: allí están ordenados miles de vinilos, limpios y perfectamente conservados. Algunos tienen más de 40 años, otros están recién salidos del horno.
"Tenemos siempre los clásicos, como los Beatles. Son los que más venden. Pero también tenemos novedades de artistas independientes que no tienen espacio en otros lugares", explica Real, para quien lo importante es no intentar competir con los gigantes de la distribución. "Si sale un nuevo disco de Neil Young, por supuesto que lo voy a vender. Pero no puedo tener muchos ejemplares aquí porque uno lo puede encontrar en la FNAC. Puedo ofrecer discos clásicos, reediciones o novedades que uno no encontrará allí", sostiene. También quedan unos pocos CDs. Hoy casi no se venden.
Tiendas de vinilos en la capital
- Up and Beat: calle de Espíritu Santo, 6.
- Escridiscos: calle de Navas de Tolosa, 4.
- Bajo el Volcán: calle de Ave María, 42.
- La Integral: calle León, 25.
- Café El Molar: calle de la Ruda, 19.
- Radio City: calle Conde Duque, 14.
- La Gramola: calle Postigo de San Martín, 4.
- La Metralleta: calle Postigo de San Martín, 1.
- Killer's Discos: calle de la Montera, 28.
Apenas quedan en la capital grandes comercios dedicados exclusivamente a la música. Locales como el mítico Madrid Rock tuvieron que cerrar sus puertas ante la crisis del sector, en el que se ha hundido la venta de CDs con el boom de las descargas de internet. A ese escenario hay que sumarle la crisis económica nacional. En 2005 se vendieron 39,5 millones de CDs, mientras que en 2013 fueron 9,5 millones. En cambio, en ese mismo periodo, la venta vinilos nuevos se ha multiplicado, pasando de 15.000 ejemplares vendidos a 140.000, un 933% más, según datos de Productores de Música de España.
Fernando Velasco, de 43 años, también decidió meterse en el negocio de la música y, hace solo cuatro años, abrió Bajo el Volcán, en Lavapiés. "Suelo decir que nacimos ya en crisis y nos mantenemos en crisis". El vinilo es su principal razón de ser. Recibe tanto clásicos, reeditados o de segunda mano, como nuevos artistas de sellos independientes. "El formato seguirá existiendo, va a coexistir con el digital. Estéticamente es muy bonito y tiene una calidad muy superior al CD", explica, mientras comenta con sus clientes las últimas novedades y charla sobre música, su pasión.
Aun así, el vinilo no siempre es suficiente para mantenerse a flote, y darle una vuelta al negocio se ha vuelto fundamental. Es el caso de La Integral, una "tienda-bazar" que lleva nueve años abierta en la calle León, cerca de Antón Martín. Los vinilos, todos nuevos, fueron ganando cada vez más espacio. Pero uno también puede encontrar productos originales, desde ropa y cuadros hasta objetos de decoración, de artistas y diseñadores independientes. "Valoramos sobre todo el trabajo autoeditado, propio, objetos que uno no encuentra en otros lugares", explica el tendero José.
"Valoramos sobre todo el trabajo autoeditado, propio, objetos que uno no encuentra en otros lugares", explica José de La Integral
No muy lejos, en la calle de la Ruda, en La Latina, el Café El Molar es un acogedor espacio donde el cliente puede tomar un café entre libros y vinilos. Un 80% de los discos son de grupos nacionales y de sellos independientes. "Llevamos poco más de dos años abiertos y poco a poco vamos mejorando. Ojalá pudiéramos vender solo discos", admite Antonio Almeida, uno de los tres socios del local
Otra estrategia es optar por un estilo de música específico y convertirse en una referencia. Así lo hizo Alberto Oyarbide, dueño de Up and Beat, tienda especializada en vinilos de música negra, como soul, funk y blues. Lleva 12 años abierta en la calle de Espíritu Santo, en Malasaña, y sus clientes, fieles, son amantes de esos estilos. "Nuestro público tiene entre 30 y 40 años. El problema ya no es la piratería, sino que los jóvenes están educados en el formato digital", explica Oyarbide. Para hacer frente a las dificultades —"si antes uno se llevaba cinco discos, ahora se lleva dos"— ha apostado por las ediciones originales, que atraen sobre todo a los coleccionistas. "Vendemos principalmente discos nuevos, pero también ofrezco, por ejemplo, un disco original de Marvin Gaye editado en 1973", explica. Y finaliza: "Era músico y tengo esta tienda por pura pasión. No quiero lucrarme, solo vivir haciendo algo que me gusta".
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