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DÍA DE GALICIA

Felipe VI: “Todos deseamos ir dejando atrás los tiempos de dificultad”

Los Reyes presiden los actos en la catedral de Santiago, en su primera visita a Galicia El monarca alude en su discurso al paro y a la unidad de España

Los Reyes presiden la ofrenda al Apóstol Santiago.Foto: atlas
Belén Domínguez Cebrián

Se estrena en la capital gallega con un discurso cargado de mensajes. A tan solo 37 días de haber sido proclamado Rey de España, don Felipe VI junto a la reina consorte, Doña Letizia, han realizado este viernes la ofrenda al Apóstol Santiago, tradición del Día de Galicia, en la ciudad compostelana. La última vez que un monarca lo hizo fue en 2010, cuando el Rey don Juan Carlos asistió a los actos oficiales coincidiendo con el Año Santo.

El núcleo del discurso ha estado dirigido a aquellos españoles a los que la crisis económica "ha golpeado severamente a causa del paro" y la "falta de oportunidades laborales para los jóvenes". Lo mismo declaró ante las Cortes el día en que fue proclamado Rey de España. Y este viernes, día de Santiago —patrón de España—, afirma que lo ha querido reiterar porque "todos, sin excepción, deseamos ir dejando atrás los tiempos de dificultad".

El monarca se apresuró en el discurso a recordar a las víctimas del accidente del Alvia Madrid-Ferrol del que se conmemoraba el jueves su primer aniversario. Murieron 79 personas y más de 140 resultaron heridas. "Quiero que mis primeras palabras sean para recordar, con un sentimiento profundo de dolor, a las víctimas del accidente de Angrois que, el año pasado, llenó de luto a tantas familias, conmovió a toda España y ensombreció esta fiesta", comenzó diciendo el Rey. Precisamente, el año pasado los que entonces eran Príncipes de Asturias viajaron hasta Santiago para dar consuelo a los familiares de las víctimas del accidente durante el funeral que también se celebró en la imponente Catedral de Santiago.

Felipe VI —que la última vez que presidió el acto fue en 1989, cuando era Príncipe de Asturias— tuvo también palabras de aliento para los familiares de las víctimas del avión desaparecido el jueves en Malí de la compañía española Swiftair. Había seis españoles entre más de un centenar de pasajeros. "Ayer, otro trágico accidente segaba la vida de 116 personas. La Reina y yo queremos transladar a los familiares de las víctimas el pésame y el sentimiento solidario de todos los españoles".

En un acto lleno de solemnidad donde la jefatura del Estado convivía con la más alta jerarquía de la Iglesia española —la misa la ha oficiado el arzobispo de Santiago—, los gobiernos central, autonómico y local y representantes de los tres Ejércitos, Felipe VI hizo un guiño también a la unidad del país, como también resaltó en su discurso de proclamación el pasado 19 de junio: "En nuestra España, unida y diversa, caben todos los sentimientos y sensibilidades, caben todas las formas de ser español".

Las campanas repicaban a primera hora de la mañana anunciando la llegada de las autoridades. Las alrededor de mil personas que observaban curiosas en la plaza del Obradoiro el acto más institucional de este día, se dejaron llevar por la emoción al ver aparecer a los Reyes. Centenares de tabletas, móviles y cámaras de vídeo se levantaban sobre las cabezas del público para conseguir una imagen del Rey —ataviado con un chaqué oscuro— mientras pasaba revista al Ejército. Incluso tres monjas se asomaron a uno de los balcones de la Catedral que, móvil en mano, buscaban su fotografía. "¡Viva el Rey!", se escuchaba entre aplausos del público.

En un momento en el que Europa atraviesa la peor crisis económica y financiera desde la Gran Depresión de los años 30, don Felipe hizo un paralelismo entre el Camino de Santiago y el proyecto europeo, más inestable que nunca tras las elecciones del pasado 25 de mayo en las que los eurófobos ganaron un terreno considerable dejando como resultado un Parlamento bastante fragmentado. "El camino (...) fue el primer proyecto común de Europa. Con ella España está —y seguirá estando siempre— firmemente comprometida", concluyó.

La Reina Letizia, con un vestido color nude que ya utilizó para la boda del príncipe Guillermo de Inglaterra y la duquesa de Cambridge, Kate Middleton, vivió en un segundo plano el acto institucional. En todo momento la acompañaban el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y la ministra de Fomento, Ana Pastor.

A la salida de la ceremonia, que duró aproximadamente dos horas, los Reyes saludaron a los ciudadanos, turistas y peregrinos que formaban dos hileras haciendo un perfecto pasillo desde la puerta de la Catedral hasta el centro de la plaza del Obradoiro. Don Felipe sonriente, posaba para las fotos de los curiosos. No se le escapaba ni una mano que apretar.

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