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Esclavos del reloj

Una exposición en Caixaforum reflexiona sobre la dependencia del tiempo de la sociedad actual

'Tiempo de espera / Tiempo perdido', de Fito Conesa.
'Tiempo de espera / Tiempo perdido', de Fito Conesa.

En una sala de Caixaforum cuelga una lámpara de metacrilato, nadie sabe cuándo estará encendida y sin embargo su actividad no es aleatoria ni accidental. La luz está conectada con el estudio de su creador, el alemán Tobias Rehberger, y se enciende y apaga cuando lo hace su homóloga en Frankfurt, permitiendo una suerte de control remoto de la actividad profesional del artista. La obra Arbeitend (Trabajando) forma parte de Contratiempos,tercera y última entrega del ciclo Comisart-Nuevas miradas sobre la Colección La Caixa, para el cual la Fundación ha puesto a disposición de tres comisarios emergentes su célebre fondo de arte contemporáneo con el objetivo de generar nuevas lecturas e interpretaciones.

En Contratiempos el joven Sabel Gavaldon (Barcelona, 1985) se interroga sobre la esclavitud que ejerce la medición del tiempo en la sociedad actual, a través de las reflexiones de diez artistas que ofrecen alternativas en forma de utopías creativas o denuncias de los mecanismos que condicionan la libertad de las personas. “En este sentido la lámpara de Rehberger por un lado modifica la percepción del entorno y la propia obra por parte del público, que cuando la encuentra apagada debe cruzar un espacio totalmente oscuro, y por el otro se puede considerar un dispositivo para monitorizar la productividad del artista y supervisar su uso del tiempo”, explica Gavaldon, que ha elegido obras de la colección, representativas de la vanguardia artística de los últimos treinta años, más obras de Martí Anson, Ioana Nemes y Fito Conesa cedidas expresamente para el proyecto. “Conesa realiza intervenciones que alteran sutilmente experiencias cotidianas triviales. En Waiting Time / Wasting Time (Tiempo de espera / Tiempo perdido) reúne tres proyecciones que muestran las pautas rítmicas de las máquinas electrónicas que en aeropuertos, hospitales y supermercados regulan el flujo de usuarios y sus tiempos de espera”, indica Gavaldon.

El comisario ha seleccionado piezas tan paradigmáticas como la serie de fotografías de Esther Ferrer, Autorretratos en el tiempo y la instalación inmersiva de Montserrat Soto, Sin nombre, que reproduce la arquitectura anodina de un edificio corporativo, una especie de bucle espacio-temporal de pasillos idénticos que no conducen a ningún sitio. Completan la selección una pintura de Edward Ruscha y vídeos de Dora García, Michael Snow e Ignacio Uriarte.

Contratiempos, abierta hasta el 24 de agosto, clausura la primera edición de Comisart, el ciclo concebido para favorecer la introducción en el circuito profesional de los comisarios jóvenes, ofreciéndoles la posibilidad de trabajar con un conjunto de obras de gran valor. El programa tiene periodicidad bianual para permitir a los candidatos presentar sus proyectos ante el jurado, encargado de elegir las tres exposiciones que se producirán al año siguiente. De las sesenta propuestas que se presentaron en la primera convocatoria, además de Sabel Gavaldon, el jurado escogió la muestra Arte ficción de la pareja formada por Jaime González y Manuela Pedrón y Rumor... Historias decoloniales en la Colección la Caixa de Suset Sánchez.

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