Ciudad diversa y accesible

1. Castellana sport center. Es muy difícil encontrar un gimnasio accesible para la silla de ruedas y además céntrico, bien comunicado y que respire feminidad como este, con sus espacios blancos, diáfanos y curvilíneos. Funciona, además, como club social en el que puedes tomar algo y conocer gente. Es mi segunda casa: aquí me preparo para subir al Kilimanjaro con mi entrenador personal Miguel Ketel. (Plaza Estación de Chamartín s/n)

2. Silk Social Space. Suelo salir por aquí porque puedo ir a varios restaurantes (de comida tailandesa, mediterránea, de tapas, etc) y a un bar de copas sin tener que preocuparme de coger el coche para ir de un sitio a otro. Cambio de sala y cambio de ambiente, todo muy moderno y de diseño. (Av. Olímpica 9, Alcobendas)

3. La Tabacalera. Soy amante del arte urbano (que cuenta el pulso de la ciudad y que prefiero a ver anuncios). Además sintonizo muy bien con el proyecto que defiende este espacio autogestionado, un lugar para encontrarse y generar cultura. (Embajadores, 51)

4. La Gran Vía. Es muy cosmopolita, hay gran oferta de espectáculos y ajetreo, pero lo que más me gusta es mirar lo edificios y ver cómo va cambiando la arquitectura en cada tramo. Además cerca está Chueca, un barrio que es ejemplo de diversidad.

5. Reggy Ds. Es una joyería de un chico con discapacidad que diseña sus productos. Creo que una gema que se precie, como yo, debe tener siempre a mano un buen joyero que de la talla (Mercado Fuencarral, c/ Fuencarral, 45).

6. Sala Clamores. Me encanta la música en vivo, y esta sala es casi una leyenda. La pena es que, con tanta escalera, no es nada accesible para personas como yo. (Alburquerque, 14)

7. Xake. Soy adicta al sushi. Cuando entrenaba en Hong Kong mi desayuno era zumo de naranja, cereales, café y… sushi. En este sitio comen muchos japoneses que llegan a la ciudad, lo que da una idea de su autenticidad. Después me gusta ir a comer dulces en La Mallorquina, en Sol, o curiosear en la librería de cine Ocho y Medio o la Fnac, donde se accede bien en silla de ruedas. (Caballero de Gracia, 2-4)

8. Restaurante El Náutico. Lo he descubierto ahora que entreno para adaptarme a la montaña. Está en una antigua carretera, en el Pantano de San Juan. Es muy relajante, en plena naturaleza y se come superbién. (Treinta y Tres, Navalquejigo)

9. Cines Verdi. Cuando era niña pusieron la película Amadeus, que me encanta (como la música de Mozart), y me iba a golpe de silla desde mi casa en Ventas hasta el cine, a verla dos veces seguidas. Es curioso: los cines de antes, sin escaleras y con rampa, eran más accesibles. (Bravo Murillo, 28)

10. Matadero. Me parece muy bien cómo lo han rescatado (no soy vegetariana, pero no me gusta lo que era antes) y lo han puesto al servicio de la cultura. Me gusta lo que se cuece por ahí y que es muy apto para los que no somos bípedos (Paseo de la Chopera, 14).