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La prisión de Picassent registra 739 incidentes graves en lo que va de año

Cinco funcionarios han sido agredidos en los últimos seis meses

Más de cuatro incidencias graves o muy graves al día hacen que la cárcel de Picassent sea una de "las más conflictivas del sistema penitenciario español". Así lo ha manifestado este jueves Alberto Téllez, delegado en Valencia de la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (ACAIP). En total, según los datos de los que dispone el sindicato, en la primera mitad del 2014 se han producido 739 incidentes graves o muy graves, entre las que se encuentran cinco agresiones a trabajadores del establecimiento penitenciario.

"Entendemos que en el sueldo de funcionario de prisiones no van incluidos los ataques" ha denunciado Téllez quien esgrime tres motivos para convertir a la cárcel de Picassent en una de las más peligrosas. El primero es el alto número de internos: en torno a los 2.300, que la convierte en la cárcel más poblada de toda España. El segundo, el bajo número de funcionarios: tan sólo 906 "cuando la misma administración recoge que debería haber un mínimo de 949", añade Téllez. Y por último, la antigüedad de las instalaciones "que no la hace la más ideal para acoger a los presos de primer grado -los de mayor peligrosidad-, en torno a 7 mujeres y 20 hombres, que bien podrían estar en otros centros preparados para ello".

Toda ello ha llevado, según Téllez, a la grave situación en la que se encuentra el establecimiento penitenciario de Valencia. "Se ha dado la situación de haber sólo dos funcionarios para controlar un patio con 150 internos... o uno sólo... y rezas para que no pase nada, porque imagina lo que pasa cuando 20 internos van a por otro". Eso es lo que pasó el pasado 3 de enero en el módulo 23, que alberga a internos de alta conflictividad: un preso, de nacionalidad lituana, agredió a otro, de origen árabe, por la mañana en su celda y la respuesta no se hizo esperar. Unas horas después, un grupo de 20 personas (argelinos y marroquíes, mayoritariamente) le persiguieron y sólo había dos funcionarios para intentar frenar la pelea multitudinaria que se saldó con el traslado al hospital del joven acorralado.

Pero este no es el único incidente grave registrado. El sindicato ACAIP calcula que ha habido 67 agresiones entre internos, entre las cuales, la más grave se produjo el pasado 22 de abril, cuando un interno falleció tras ser atacado con una mancuerna del gimnasio por un compañero.

La forma de reducir estos incidentes pasa por bajar la población reclusa: "En toda España se ha reducido el número de internos. Desde 2009 hay casi 9.000 internos menos, con cárceles que han reducido su población hasta en un 30%. Pero en Valencia, a pesar de que ya estaba masificada, en vez de reducirse su número se ha mantenido, o incluso se ha aumentado. Y está demostrado: si se baja el número de presos, baja el número de incidentes", añade Téllez.

Y a pesar de este mantenimiento e incluso aumento del número de presos, no se ha ampliado la plantilla de funcionarios, por lo que se hace difícil el control de los pinchos (cuchillos de fabricación casera), móviles o diversos tipos de drogas que circulan por la prisión. "Es muy difícil cachear a todo el que entra, porque hay presos que tienen permisos, hay familiares en el bis a bis... y otros trabajadores que no son funcionarios", comenta Téllez. Aún así, se han incautado de 166 objetos prohibidos durante el 2014 encontrados en los sitios más insospechados: desde un móvil en una lata de sardinas, un cuchillo en un cinturón, o en un fondo en la suela de un zapato, o drogas en el estómago.

El sindicado advierte de un claro "maltrato" hacia el centro de Picassent, que han denunciado tanto ante el director del centro, como ante Instituciones Penitenciarias. "Pero seguimos igual", reconoce Téllez quien añade que en respuesta a preguntas parlamentarias de grupos políticos en el Parlamento se han dado cifras de incidentes "menores a los que nosotros, como sindicato, llevamos registradas... por lo que vemos que, aunque desde 2006 no se hace un informe oficial de incidentes, los datos que se da desde la Administración son muy inferiores a los que nosotros manejamos", comenta Téllez.

"Echamos en falta un compromiso firme por parte de la dirección del centro para buscar soluciones. No es admisible que cada seis meses hagamos recuento de cuántos internos nos han agredido, de cuántos plantes o desórdenes colectivos o peleas multitudinarias nos encontramos... Haciendo públicas las cifras cada medio año para ver si acabamos con funcionarios ingresados en el hospital o de baja", manifiesta Téllez.

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