Rajoy sale al rescate de Moreno para disipar las dudas sobre su liderazgo

Mariano Rajoy aterrizó este martes en Sevilla durante menos de cuatro horas para disipar las dudas sobre el liderazgo de Juan Manuel Moreno, quien, cuatro meses y medio después de ser elegido presidente del Partido Popular de Andalucía, apenas levanta el vuelo. La designación de Moreno para liderar una organización forjada y cincelada durante dos décadas por Javier Arenas sorprendió a muchos en Andalucía, pero la novedad está dando paso a la incertidumbre ante unas expectativas y resultados electorales a la baja. Justo lo contrario de lo que le ocurre al PSOE andaluz con Susana Díaz a la cabeza tras las elecciones europeas que los socialistas ganaron por algo más de nueve puntos de ventaja tras tres derrotas consecutivas.

Moreno fue el artífice para que el presidente del Gobierno diera una conferencia organizada por la Cámara de Comercio de Sevilla, en la que defendió que España “es un país con fundamento” e intentó insuflar optimismo sobre la evolución de la economía española y andaluza. Una conferencia con un contenido muy similar al pronunciado en la escuela de verano del PP el pasado fin de semana.

A este foro asistieron muchos empresarios, pero muchos más dirigentes del PP andaluz. “Moreno es una apuesta segura y de futuro y cuenta con nuestro apoyo y respaldo”, dejó dicho Rajoy para que se le entendiera con claridad. Antes, el líder del PP andaluz calificó a Rajoy como “el mejor aliado de Andalucía en el peor momento de Andalucía”.

La llegada del que fuera secretario de Estado de Igualdad a la presidencia regional se debió sobre todo a Rajoy, quien optó por Moreno frente a la candidatura del anterior número dos del partido José Luis Sanz, auspiciada por la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y por el entonces presidente del PP y alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido. En esta decisión pesó la posible imputación de Sanz, que es senador, por una contratación supuestamente irregular en el Ayutamientos de Tomares del que es alcalde. El caso lo verá el Tribunal Supremo.

En estos cuatro meses largos, Moreno no acaba de cuajar y su desconocimiento de muchos asuntos de la realidad de Andalucía —tras una carrera política de cerca de 15 años en Madrid—, le lleva a ejercer una oposición sin pegada, en el que los casos de corrupción que afectan a la Junta de Andalucía siguen ocupando un papel central. Moreno cuenta además con el inconveniente de no tener escaño en el Parlamento autónomo, por lo que intenta con frecuencia entablar debates virtuales con la presidenta de la Junta que esta ningunea a discreción.

Pero, además, ha formado una dirección regional que, según admiten fuentes del PP, “se está haciendo”. La composición de la ejecutiva fue fruto no tanto de la propia elección del presidente del partido como de la necesidad de que todas las organizaciones provinciales se sintieran representadas para “garantizar la unidad”, recuerdan estas fuentes. “Hay que darle tiempo”, añade un dirigente regional, quien niega diferencias entre Moreno y la secretaria general, Dolores López Gabarro.

Estos medios sí admiten que en el partido hay mucho ruido en torno al liderazgo de Moreno, un ruido procedente, aunque no solo, de los dirigentes que optaban por Sanz. “Hay que darle menos al pico y más a la pala”, receta un alto cargo popular, quien asegura que a las direcciones provinciales sólo les preocupa las elecciones municipales de mayo de 2015.

En el terreno municipal —sobre todo en las zonas urbanas— el PP el pisa muy fuerte desde 1995. Pero el reto de Moreno es, como fijó Rajoy en la clausura del congreso del PP en marzo pasado, “mantener la cuenta de resultados y mejorarla”. Una cuenta de resultados que la integran tres victorias electorales consecutivas en Andalucía (municipales, generales de 2011 y autonómicas de 2012) y que, hoy por hoy, se antoja muy difícil de igualar.