Los taxistas andaluces se unen contra el intrusismo que sufre el sector

La mano de Virginia parecía estar pegada al volante de su taxi mientras, con un pie dentro y otro fuera, hacía malabares para salir del vehículo sin dejar de tocar el claxon. Trabaja como taxista desde octubre en San Fernando y este lunes fue una de los cerca de mil trabajadores, según Efe, que se manifestaron en contra del intrusismo que sufre este sector.

Miguel Ruano, presidente de la Federación Andaluza de Autónomos del Taxi encabezaba la marcha que se inició en la estación de tren de Sevilla-Santa Justa. Unos platillos rotos y un bombo azuzaban a la comitiva, que avanzaba poco a poco hacia su destino: la Consejería de Fomento y Vivienda. Una convocatoria “histórica” para Ruano porque “el taxi no se pone de acuerdo siempre de forma tan unánime, ni alza la voz contra la Administración si no es por motivos justificados”. Las causas que señaló el presidente son la permisividad, desde las Administraciones, del intrusismo y los incumplimientos de los compromisos del Gobierno andaluz.

Si se sube a un coche particular con alguien que no está cualificado, se corre un gran riesgo

Julio Moreno

“Es muy triste tener que salir a pedir a la calle a nuestros dirigentes que se cumplan las leyes que ellos mismos han legislado”, criticó Julio Moreno, presidente de la Federación Española de Taxis. Para Moreno una de los principales peligros es la inseguridad de los usuarios. “Si uno se sube a un coche particular con alguien que no está cualificado, ni hay unas tarifas oficiales, se corre un gran riesgo”.

Este sector se enfrenta ahora a la aparición de nuevos medios como las mototaxi, aplicaciones como Uber, que pone en contacto a usuarios y conductores particulares, y las licencias de autorización de arrendamiento de vehículos con conductor (VTC). De estas últimas se quejó Manuel, de Granada, que lleva 20 años en el negocio. “Están autorizados para recoger en Sevilla e ir a Granada y viceversa. Sin embargo nosotros tenemos una tarjeta de transportes que nos delimita dónde podemos hacerlo. Eso es lo que hace daño, que ellos puedan ir a cualquier sitio legalmente”, matizó.

Manuel hizo la marcha a pie, por delante de los cientos de taxis que cerraban la comitiva. En los años que lleva de experiencia ha notado que la demanda ha bajado un 40%. “Hace 20 años yo me podía ir de vacaciones, ahora no me voy”, señaló. Ángela lleva menos tiempo, cerca de un año. Esta conductora enviudó y heredó el taxi. Tuvo que decidir si venderlo o quedárselo. Optó por esto último para terminar de pagarlo, a pesar de haber estudiado enfermería. Está encantada, pero nota que los organismos le perjudican. “Para intentar quitar licencias de la calle acordamos poner un impuesto para rescatar una serie de licencias. Todos los colectivos del taxi estuvieron de acuerdo. Si nos estamos apretando el cinturón, ahora lo que no pueden hacer es ponernos una competencia desleal”, sentenció.

Entre los veteranos estaba Antonio. Tiene 66 años y le quedan unos meses para poder jubilarse. “Me voy pensando que esto no tiene futuro para los jóvenes”, se lamentó. Hizo cuentas y calculó que un taxista podrá ganar ahora entre 500 y 600 euros al mes, limpios. Es la cantidad que resulta al quitar todos los impuestos y gastos a los que tienen que hacer frente. “Se me van, nada más empezar el mes, 1.800 euros”, cuenta Francis Moya que trabaja en Marbella con un compañero, con el que comparte vehículo.

La Consejería de Fomento y Vivienda emitió un comunicado en el que garantizó “la absoluta defensa y apoyo al sector del taxi". El director general de Movilidad, José Luis Ordóñez, recordó que está previsto que el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) publique la aprobación del Consejo Andaluz del Taxi y la orden que delimita las circunstancias en que puede aumentar el número de plazas autorizadas. De momento en la consejería esperan a ser estudiados los documentos que presentó Ruano. “No creo que nos hagan caso, pero la ilusión la mantenemos”, concluyó.