Las tres torres del Manzanares
El Ayuntamiento autoriza la construcción de tres rascacielos de hasta 36 pisos junto a Madrid Río
Enterrar la M-30 a la altura del río Manzanares le costó a la ciudad 4.745 millones de euros. Construir encima el parque de Madrid Río supuso 371 millones.
El Ayuntamiento de Madrid prevé ahora completar la transformación con capital privado.
Según el proyecto desvelado ayer por EL PAÍS, la constructora FCC levantará antes de 2023 dos rascacielos de 36 pisos y uso residencial en donde ahora se alza el estadio Vicente Calderón. Soterrará además el tramo de autovía entre la calle de Marmol y el nuevo parque de Arganzuela, con un coste de 40 millones de euros.
A menos de tres kilómetros río abajo, junto al centro cultural Matadero, se construirá otra torre, en este caso de 27 alturas y uso hotelero. Estos tres rascacielos flanquearán el Manzanares con un objetivo urbanístico: concentrar la edificabilidad en grandes alturas para dejar espacio a ras de suelo para zonas verdes.
Y, de paso, fabricar un perfil característico y dar personalidad a esta zona de Madrid. Las actuaciones en el área incluyen además, según el avance del Plan General de Ordenación Urbana que el gobierno municipal (PP) espera aprobar en unos meses, una rehabilitación profunda de los edificios y espacios ya existentes en el área.
Son tres actuaciones independientes. Los rascacielos del Calderón forman parte del plan urbanístico que aprobará hoy el gobierno municipal para un área de 204.218 metros cuadrados.
En lugar del estadio del Atlético de Madrid y de la antigua fábrica de cerveza de Mahou, se levantarán las dos torres y otros ocho bloques de siete a 22 alturas. El resto del suelo (156.164 metros cuadrados) se destinará a zonas verdes y dotaciones públicas.
La reforma es fruto de una reflexión previa del arquitecto Carlos Rubio Carvajal sobre la manzana ideal contemporánea. A partir de sus conclusiones, tomando las mejores características de los ensanches del siglo XIX y XX (y, singularmente, el de Barcelona de Ildefons Cerdà), se estudió la topografía del área para diseñar una maqueta virtual en tres dimensiones. Estas reflexiones fueron enriquecidas luego con escritos de Luis Fernández-Galiano y Francisco Mangado.
Se levantaron los nuevos volúmenes teniendo en cuenta la estética y el paisaje de cada calle, para no molestar a ninguno de los edificios ya existentes y dar calidad a los nuevos (ventilación, luz, vistas, etcétera). Según el área de Urbanismo, se comprobaron hasta las sombras arrojadas a lo largo del día por los dos rascacielos.
La edificabilidad se concentra en grandes torres junto al río para que el resto de bloques, situados junto a la ciudad, puedan adaptarse sin estridencias a lo ya existente. “La única manera de liberar suelo para el parque junto al Manzanares era construir en altura. Madrid Río lo está pidiendo, es un espacio que no tiene sentido saturar con edificios bajos”, señala Urbanismo.
Coincide en ello el decano del Colegio de Arquitectos de Madrid, José Antonio Granero: “Después de la extraordinaria operación de Madrid Río para hacer ciudad, los dos rascacielos pueden generar un contraste en un ámbito muy monótono y definir el skyline del sur. Además, se deja libre, respetuosamente, el espacio que ocupa el estadio, y se crea un espacio estancial que recuerda a la antigua pradera de San Isidro”. En opinión de Granero, esta operación sí generará tejido de ciudad, al contrario que las cuatro torres del paseo de la Castellana, que “aportan personalidad desde lejos” pero han quedado exentas y no enriquecen el crecimiento urbano en su entorno.
Hace justo un año, el gobierno municipal ya aprobó otro plan urbanístico —promovido por Multi Veste España 11— junto al río, en este caso a la altura de las naves de Matadero. Está previsto levantar un centro comercial de 40.000 metros cuadrados de superficie y un hotel de 27 plantas.
Esta torre se convertirá, según el Ayuntamiento, en un icono estético y medioambiental en una zona “urbanísticamente poco agraciada”.
Precisamente para remediar esta última aseveración, el Plan General de Ordenación Urbana que aprobará en unos meses contempla una actuación singular en el entorno de Madrid Río.
La rehabilitación afectaría a 1.195 fincas, 21.975 viviendas y 2.101 locales. Se intentará además “trasvasar la transformación generada por Matadero a la margen derecha del río, creando un nuevo foco terciario de ocio e innovación”. Se pretende actuar sobre la antigua subestación eléctrica de Princesa y los puentes de Toledo y Arganzuela; cambiar de uso el Centro de Estudios de Puertos y Costas para revitalizar la zona; y renovar el centro comercial de la Ermita del Santo.
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