Celebrando a Benedicto
Músicos y escritores homenajean con un libro y un concierto al cantautor que lideró Voces Ceibes y trajo a Zeca Afonso a Galicia
En una zona próxima al Auditorio de Galicia de Santiago de Compostela, hay un pequeño remanso verde con una placa que pasa un tanto desapercibida: “Parque Jose Afonso”. Aquella placa y el hermoso jardín casi podrían condensar la historia y la trayectoria vital de un personaje determinante en la historia de la música gallega: Benedicto García Villar (Santiago, 1947), de nombre artístico Benedicto, “Ito” para los amigos. Si no hubiese existido Benedicto, el gran Zeca Afonso posiblemente no habría tenido la estrecha relación que tuvo con Galicia y mucho menos haber hecho la histórica actuación que hizo al lado del parque que hoy lleva su nombre, en la zona que fue conocida como Burgo das Nacións. Invitado por su gran amigo Benedicto y otros camaradas gallegos, en mayo de 1972 Zeca Afonso cantó allí por vez primera Grandola Vila Morena,dos años antes de convertirse en la banda sonora de la Revolucion dos Cravos portuguesa.
En esa época, Benedicto ya se había convertido en el ideólogo y para muchos gurú de los Voces Ceibes, el colectivo de cantautores que a finales de los sesenta del pasado siglo escupieron con rabia en gallego sus canciones protesta contra el muro de un régimen que se tambaleaba, pero seguía reprimiendo implacable cualquier reivindicación. “Hace 40 años aquello no era nada fácil. Hasta para los universitarios escuchar cantar en gallego era una rareza, o descubrir a poetas como Celso Emilio Ferreiro o Lois Diéguez, por eso la actitud de Benedicto y los Voces Ceibes era una actitud valiente”, rememora Xoán Guitián, amigo personal de Benedicto y uno de los organizadores del homenaje que este jueves se le tributará a las 20,00 horas en el Teatro Principal de Santiago. La histórica actuación de Raimon en 1967 prendió la mecha de un grupo de chavales rebeldes que pocos meses después, en Abril de 1968, organizarían un concierto en la Facultad de Medicina al que acuden cerca de 2.000 personas. Después llegaría el nombre de Voces Ceibes para bautizar a este colectivo en el que estaban Xerardo Moscoso, Guillermo Rojo o Miro Casabella. Desde aquellos años, Benedicto fue primero estudiante rebelde, después músico contestatario, pero también maestro defensor del sistema público de enseñanza, sindicalista y ante todo un activista tenaz.
“Le hacemos este homenaje para darle las gracias por su compromiso, por su generosidad, por su coherencia y para celebrar que esté entre nosotros. Gracias a personas como él hemos conquistado cosas que ahora son patrimonio común de todos”, explica Guitián, amigo fiel de Benedicto desde hace más de cuatro décadas. Aquejado de una enfermedad degenerativa que le impide expresarse con fluidez, pero plenamente lúcido, Benedicto estará presente en este homenaje que empezó con el bonito libro “Benedicto polo mar da liberdade”, coordinado por Ricardo Gurriarán. En el libro colaboran escritores como Suso de Toro, Alonso Montero, Salvador García-Bodaño o Domingo Villar, primo del cantautor, o los ex presidentes de Galicia y Asturias, Emilio Pérez Touriño y Vicente Alvarez Areces, compañeros de viaje de Benedicto desde finales de los sesenta en la Universidad de Santiago y unidos en su militancia en el Partido Comunista. “Teníamos una motivación política y la necesidad urgente de dar una respuesta a una situación de represión”, afirma el propio Benedicto en una de las entrevistas que se recuperan en un dvd incluído en el propio libro.
Lo que empezó solo como un libro finalizará con un gran encuentro musical conducido por Carlos Blanco. Artistas de varias generaciones recordarán en varios estilos temas del legado de sus trabajos discográficos como el Ep Benedicto (1968), Pola Unión (1976) o Os nomes das cousas (1979). Estarán presentas artistas que van desde Miro Casabella a Antón Seoane, pasando por el rapero García MC a Narf, hasta el portugués Joao Afonso o la cantante Uxía, una de las promotoras de este homenaje musical. “Es un reconocimiento necesario a un pionero de la canción de autor en gallego. Para mi fue determinante escucharlo en ese momento en directo con Bibiano. No solo es canción protesta, también hay en su música una parte que rescata la música tradicional y las coplas populares”, indica Uxía.
Con Bibiano, Benedicto formó una de las parejas artísticas más célebres de los últimos años de la canción protesta. Son años de censura y represión y todavía hay grabaciones de actuaciones en directo que estremecen, como la actuación del Pabellón de Riazor en 1976, unos meses después de morir Franco, donde el recinto se viene abajo en un clima de tensión cantando Can de palleiro, y su célebre estribillo “vai caer a dentadura”. El juego de palabras con “dictadura” provocaba el fervor de un público ávido de libertad. Otras veces, los juegos de palabras les jugaron malas pasadas en las traducciones. “En una ocasión fuimos a tocar a Turín, y la canción Berros de loita apareció traducida como Gritos de Lolita”, cuenta con gracia Bibiano en el texto que aporta al libro homenaje.
Fuera de las múltiples anécdotas y de los años duros de la lucha antifranquista, Benedicto describía hace unos años como ve la percepción que existe de Voces Ceibes: “No fuimos bien tratados e incluso en algunos casos ninguneados en la historia de la música gallega”. Nunca es tarde para reconocerlo. Y para celebrar la existencia de Benedicto y su lucha por la lengua gallega, por las libertades y por la democracia. Otra cosa es si esta es la democracia que buscaban. “Creo que todos estamos algo decepcionados porque aspirábamos a otra cosa”, sentencia en tono agridulce su buen amigo Xoán Guitián.
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